Archivo por meses: diciembre 2004

Silencio, obediencia y alegría

No (respondo a comentario bilioso), los juicios de los jueces de acá abajo no se cuentan entre las cosas que pueden alegrarme.

Pueden alegrarme, en todo caso, otros juicios.

Y me alegran muchas otras cosas.
Mirar un niño. Rezar.


Feliz Navidad


Este blog se toma un mes de descanso.
El 24 de enero vuelve… si Dios quiere.
# | hernan | 24-diciembre-2004

El momento de la verdad

…Además de los motivos que acabo de darle, hay algo más.
Dejando aparte lo que pueda acordárseme en cuanto a hacer el bien a otros seres humanos, para mí personalmente la vida no tiene otro sentido, y en el fondo jamás ha tenido otro sentido, que la espera de la verdad.

Experimento un desgarro que se agrava sin cesar, a la vez en la inteligencia y en el centro del corazón, por la incapacidad en que me encuentro de pensar al mismo tiempo, dentro de la verdad, la desgracia de los hombres, la perfección de Dios y el vínculo entre ambos.

Tengo la certeza interior de que esta verdad, si en algún momento se me concede, lo será solo en el momento en que yo misma me encuentre físicamente en la desgracia, y en una de las formas extremas de la desgracia presente.

Me da miedo que no me suceda. Incluso cuando era una niña y me creía atea y materialista, siempre albergaba el temor de fallar no en la vida sino en la muerte. Ese temor jamás ha cesado de volverse cada vez más intenso.

Un no creyente podría decir que mi deseo es egoísta, puesto que la verdad recibida en un momento tal ya no podría servir a nada ni a nadie.

Pero un cristiano no puede pensar así. Un cristiano sabe que un solo pensamiento de amor, elevado hacia Dios dentro de la verdad, aun cuando mudo y sin eco, es incluso más útil para este mundo que la acción más brillante.

Estoy fuera de la verdad; nada humano puede llevarme allí; y tengo la certeza interior de que Dios no me llevará de ninguna otra manera que de esa. Una certeza de la misma especie que la que está en la raíz de lo que se llama una vocación religiosa.
Es por esta razón por lo que no me puedo impedir tener el impudor, la indiscreción y la inoportunidad de los mendigos.
Como los mendigos, solo sé, a modo de argumentos, gritar mis necesidades,

Ante ello existe la respuesta terrible de Talleyrand: «No veo tanta necesidad».

Pero por lo menos usted no me responderá así…
Simone Weil, de una carta a Maurice Schumann (Londres, 1942).
Se trataba de intentar convencerlo sobre el proyecto de Simone para entrar a la Francia ocupada (o a Alemania) en una misión de guerra casi suicida. Naturalmente, su proyecto fue rechazado.
# | hernan | 23-diciembre-2004

Dolina y el fracaso

No dire que lo prometido es deuda, porque tendría que declararme en quiebra. Pero, por una vez, cumplo con el «Elogio del fracaso» por Alejandro Dolina.
Lo encontré en un viejo recorte de la revista Humor. Un poco menos de lo que creía recordar, pero bastante más de lo que hoy uno puede encontrar por ahí… Unas cuantas alusiones inteligibles sólo para argentinos, supongo (algún día tendría que armar un glosario para lectores de afuera); pero no creo que eso impida el módico disfrute de la prosa dolinesca.
Un poco superficial, dirán; elogio poético pero desvaído, dirán. Pero el tipo no es cristiano; qué quieren, diría él… es lo que hay.
# | hernan | 22-diciembre-2004

Educación pública

Una foto de la UBA :
Estoy cursando segundo año de la carrera de Economía, en la Universidad de Buenos Aires. El viernes pasado rendí el último parcial de Historia Argentina, de la cátedra Rapoport. Era un múltiple choice, del tipo verdadero-falso. En uno de los puntos del examen me decían:
«Los principales objetivos del Proceso de Reorganización Nacional eran: 1) atacar la subversión; 2) disciplinar la sociedad; 3) aniquilar la memoria».
Cuando llegué a la tercera opción, me sorprendí, y la volví a leer:
«3) aniquilar la memoria. Me pregunté: ¿la memoria de quién? Me pareció una estupidez, y le asigné una F, de falso.
En la correción de mi profesora ahora se lee mi F sobretachada con una enorme V, de verdadero, con grandes signos de admiración. Y en mi registro, un 6 que me impide promocionar la materia y me obliga a rendir el final.
También en la UBA, mi hermana cursó «Introducción a la Psicología» como materia optativa de su carrera (Diseño Gráfico). Uno de los textos estudiados (tal vez el único, no recuerdo) fue el «Moisés y la religión monoteísta» de Freud; (un libro que habla muy poco de psicología y mucho de la religión; en contra, por supuesto). Se entiende, no hay que desperdiciar la oportunidad de enseñarle las cosas que importan a los chicos; al lado de la ortodoxia ideológica, la psicología y el diseño gráfico son frivolidades o poco menos.
# | hernan | 22-diciembre-2004

Reduccionismos y demencias

Reduccionismos opuestos pueden ser igualmente seductores. Incluso para la misma persona.
Por ejemplo: Nos es igualmente atractiva (fácil de entender…cómoda) la tesis de que «todo es materia» (materialismo cientificista, digamos) como la tesis opuesta, de que «sólo existe el pensamiento» (idealismo empirista, digamos). Y las dos tesis son seductoras, por su misma simplicidad y sus pretensiones totalizadoras y tranquilizantes.
La simplicidad -y la irrefutabilidad- de los razonamientos de los dementes, decía Chesterton.
Para mí, el hecho de que dos reduccionismos opuestos se nos aparezcan igualmente plausibles, es signo (no digo demostración) de que son sólo dos formas de caerse del caballo. Caer -dejarse caer- es lo más fácil del mundo. La ortodoxia -entendida chestertonianamente: el catolicismo- es saber andar a caballo. La cordura que se alegra de la complejidad de lo real.
# | hernan | 22-diciembre-2004

Pocos amigos

No hay bien que por mal no venga: el padre de Mateo, puede al menos ahorrarse el trabajo de invitar y soportar a un montón de amigos de su hijo, con los respectivos padres. Un cumpleaños tranquilo; sólo la madre y la hermana mayor.
Porque Mateo es autista:
Mateo no tiene amigos, salvo yo, Regina y su hermana mayor, Nora […] Sólo una vez ha dicho «bebé», cuando Regina trajo a Tim recién nacido del hospital. Pero jamás, que yo recuerde, ha dicho «mamá». A veces dice «papá», aunque pueden pasar semanas sin que yo escuche mi hermoso título, que me entibia el alma…

De modo que: ningún amigo. Y sin embargo, hemos sido bendecidos.

Mateo tiene ojos hermosos, cabellos, un sonrisa radiante, y es un placer y una maravillo verlo pensar, y procesar un pensamiento.
Lo más duro … es preguntarse qué será de él … ¿Irá a la universidad? ¿Terminará el secundario? ¿Estaré poniéndole pañales cuando tenga 17 años ? … No tengo idea. No sabemos cómo sigue la película…

Mateo cumple cuatro años el viernes.
Es feliz. Somos una familia bendecida.
# | hernan | 21-diciembre-2004

En vano, y solamente en vano…

Tendría algún moderado interés, supongo (y supongo que habrá muchos que lo han hecho) estudiar cuánto y cómo se menciona el nombre de Dios en los textos que se encuentran en el mundo de hoy —sin limitarse a diarios y tv: también revistas de toda temática, folletos, instructivos, discursos varios, poemas, cuentos infantiles, canciones, contratos de seguros y especificaciones de garantías para el uso de sistemas informáticos.
¿Contratos de seguros …. y … qué ?

Eso. Hace un tiempo Juan Pablo observó que en EEUU se ha empezado a usar la expresión «Acts of Gods» (actos de Dios) en contextos técnico-legales. Lo cual no es precisamente un rasgo de religiosidad norteamericana; quizás más bien de irreligiosidad moderna.
Por ejemplo: este glosario -de finanzas y seguros– lo explica así:
«Actos de Dios» son las calamidades naturales que no son cubiertas por nuestra política de seguros, tales como: terremotos, tormentas tropicales extraordinarias, rayos, etc. El rasgo esencial de un «acto de Dios» es que no puede, razonablemente, ser previsto …
De igual modo, la expresión se emplea mucho para aludir a causas inesperadas de desastres informáticos o tecnológicos.
Esto, insistamos, es algo que no disuena en el ambiente mental de hoy; no choca; es parte de la religión laica.
En cambio, como lo nota el mismo JP, interpolaciones deístas «positivas», ya nos chocarían un poco … («El cliente se compromete a abonar al proveedor el total del importe en caso de que, con la ayuda de Dios, el sistema funcionare de acuerdo a las especificaciones»).

A Dios sólo vale usarlo -un poco en broma- para «echarle la culpa«…

Exagerando —tal vez— un poco, podríamos verlo como la inversión del decálogo (Nietzsche estaría contento … ? yo no lo creo). Ya habíamos leído alguna vez al gurú que enseñaba: «Nuestros padres nunca tienen razón«.
Listo con el cuarto mandamiento, tarea cumplida. Es hora de pasar a la primera tabla.
«Tomarás el nombre de Dios en vano, y solamente en vano».
# | hernan | 21-diciembre-2004

Director espiritual

Hace un tiempo se me ocurrió que yo podría ser un buen director espiritual de mi propia persona. Es una idea brillante, y original mía; no la he encontrado en ninguno de tantos místicos y teólogos que se creen tan sabios y tan astutos.

Es claro: mal que mal, yo conozco mis principales defectos y mis necesidades. Y aunque no diré que tengo gran experiencia en estrategias y tácticas de perfeccionamiento espiritual, veo claramente el poder benéfico de la ascesis -sobre todo para un tipo tan perezoso y tan egoísta como yo.
Así, me imagino perfectamente (más aún, entusiastamente) en el rol de director , imponiéndome reglas de vida, pequeñas y graduales —pero estrictas— disciplinas de mortificación, sacrificio, oración, trabajo que me costarían poco, y me harían un gran bien. De verdad, no lo dudo.

Y si me imagino en el rol de dirigido, también me veo bien dispuesto. Bien sé que tener un director espiritual me vendría bien. Y las objeciones que inventa la soberbia, la timidez y el temor contra otros potenciales directores, contra éste no tienen ninguna fuerza. Sí, me digo, yo me aceptaría de buen grado como director; y me propondría obediencia absoluta con gusto (pongamos que, extremando la desconfianza, me limitaría a jurarle obediencia absoluta durante un plazo; digamos, tres o cuatro meses). que, aunque sea el intentarlo nomás durante un tiempo, me haría bien. Estoy seguro.

Pocas veces se encontrarán dos partes -director y dirigido- tan bien dispuestas para poner manos a la obra. Uno para dirigir, el otro para obeceder.

Es un poco raro, entonces, que no funcione.
Porque la verdad es que el asunto no funciona. Para nada. Ni siquiera alcanza a arrancar.
Debe haber algún detalle que se me está escapando.

Pero en cuanto descubra el problema, ya van a ver, San Juan de la Cruz y Garrigou Lagrange y todos esos teólogos y todos esos místicos sabihondos. Ya van a ver.
# | hernan | 21-diciembre-2004

Un post de otros blogs

Sabrá ud. disculpar, ando un poco demasiado atareado estos días…
Pero si andaba queriendo leer un post, puede leer sobre un par de lápices.

Y si ya lo leyó, y relamente tiene ganas de leer, tiempo, y sabe inglés, puede encontrar una interesante serie de posts en Camassia y Disputations, sobre la Creación y la Caída, y sus ramificaciones. Con esa libertad para pensar -con la guardia baja y sin miedo- de algunos blogs de por allá.
Resumo, telegráficamente, y algo libremente (en el mal sentido de la palabra), temas y cuestiones. Más preguntas que respuestas, naturalmente:
Arranca Camassia con la «inspiración divina» y la «inenarrancia» de las Escrituras… Cómo funciona, cómo pega con las alegorías, los pasajes oscuros, los errores . ¿Esa «inspiración» es comparable a otras inpiraciones (más ordinarias, digamos) del Espíritu ?
Más. El problema evolucionismo vs. creacionismo ¿Falso dilema? ¿Irrelevante?
Cambio de mentalidad en el hombre de los últimos dos o tres siglos. Divorcio entre la humanidad y la naturaleza, o entre la religión y la ciencia. ¿Limitarnos a decir: la ciencia debe ocuparse de los hechos y la religión de la moralidad? No parece….
Las fuerzas de la naturaleza, objeto de la ciencia darwiniana ¿fundamenta una moral, de hecho o de derecho? Y en ese caso,¿el cristianismo se opondría o colaboraría con esas fuerzas ?
Defender la familia, por ejemplo, ¿es «natural» en ese sentido ? ¿No podría decirse que en cierto estadio de la civilización puede tenderse más bien a idolatrar la familia, y el mensaje de fraternidad universal de Jesús es en cierta manera «anti-natural»?

Más: ¿cómo pega el antropocentrismo de la visión religiosa con la imagen mecanicista e impersonal de la ciencia moderna? ¿Cómo debería leerse en clave cristiana nuestra relación con la naturaleza, y con los animales? ¿No nos hace falta una teología de la naturaleza puesta al día … empezando por el Génesis?
¿En qué sentido el Génesis es un «mito«? ¿En qué medida, y en qué sentido es «literal«?
Pero si Dios no quiere (como enseñan a decir a todos los curas en los seminarios católicos de por acá) «darnos un curso de Ciencia o de Historia«, sino hablarnos en imágenes de Él y de su relación con nosotros… si es así, ¿cómo se extiende esto a la historia central de cristianismo, la Encarnación de Cristo, su Resurrección y su Ascensión? Y además, ¿nos habría Dios dado imágenes no literales con el riesgo de que muchísimos creyentes lo malentendieran, tomándolos como hechos? Tal vez sí. Tal vez lo que a El le importe es que tengamos ideas «correctas» sobre El, no sobre los dinosaurios. La Biblia no habla de Ciencia (y la Ciencia no habla de Dios), pero la Biblia nos hace ver la naturaleza con los ojos de Dios… tal vez…
Y ¿nuestra relación con los animales? Los sacrificios rituales, (y el macho cabrío), signos de la sacralidad del mundo animal – visión irremesiblemente perdida: para el cristianismo (post-tridentino?) la salvación «no se extiende a los animales«. Relación con la resurrección corporal -extraña a la sensibilidad cristiana (actual?).
Y más: Ratzinger comenta Romanos 8:19-22, que liga la salvación del hombre a la del resto del universo. ¿Contradicción con Santo Tomás? Y las historias de santos que confraternizan con animales? El león y el cordero, de Isaías. ¿Debe tomarse literalmente ? (más sobre esto abajo)
Volviendo al Génesis. ¿No son incompatibles el evolucionismo de Darwin y el dogma del pecado original? ¿De qué «Caída» hablamos, hubo realmente alguna vez un hombre en estado de «naturaleza íntegra»? ¿La evolución debe entenderse «dentro» de la naturaleza caída, o fuera? ¿Son Adán y Eva seres humanos que realmente existieron? ¿Son los males del mundo (del hombre y de la naturaleza) una consecuencia de una Caída, culpa de Adán ? (o si Adán no existió, del Hombre)? Pero entonces ¿existió una Tierra no Caída durante millones de años, con dinosaurios que se extinguieron y … ? Puede decirse, aún en modo hipotético, que los «males» que aflijen a los animales sin contacto con el hombre no son propiamente «males»? ¿Males naturales y no males morales?
Pelagianismo: ¿no es al fin y al cabo más acorde con la ciencia actual ? Y si no, ¿debemos acaso optar entre Agustín o a Ireneo ? ¿El mal tiene origen en la libertad del hombre, o de alguna manera también es creación de Dios ? Maniqueísmos, dualismos
¿Será que estamos olvidando la otra Caída, la de los ángeles (Satanás)? Podríamos decir que esa caída sucedió antes de la creación del mundo. Parece cómodo: Dios no creó el mal. Sí, pero… si se trata de buscar sintonía con la imago mundi moderna, Satanás no pertenece a ella. Tal vez con algun buen motivo (abusos barrocos…) En los comentarios, notan que la patrística oriental es «menos agustiniana» que la occidental: diferente lectura de Rom 5.12 (lo de «todos pecamos en Adán«) y acaso más acomodable a cierta Evolución…
Y ¿no podría Dios haber creado un mundo sin mal? Tal vez. Y tal vez (dice Tom) lo creó (no éste, claro). No sabemos.
Uf. ¿Pero sabemos algo ? No sabemos qué es en esencia el pecado original, claro. No podríamos saberlo. Faltaría más.
Y seguimos con los pobres animales ¿Es seguro que ellos no pueden ser salvados? ¿Qué no tienen «alma«? ¿ Qué relación tiene eso con tener «inteligencia»? (los modernos aman creer que los animales la tienen). ¿Es nuestra «imagen y semejanza» con Dios la clave ? Pero ¿cuál es esa imagen y semejanza?
El hombre como «sacerdote de la creación«. El cielo con (o sin?) animales -y plantas.
¿Es dogma que los animales no se salvan? Si «no están en el cielo»… ¿la salvación prometida (el nuevo cielo y la nueva tierra) no les atañen ? ¿Pacerán juntos el cordero y el león? Vegetarianismo.
Y más : Contra Pelagio. La creación es gracia, sí. Pero no suficiente. La necesidad de Jesucristo. «Dios es todas las cosas«. Sí, pero… Tom contraataca. Mal moral vs mal natural. Un perro es incapaz de maldad moral. ¿Por qué? Criterio diferenciador tomista hombre-animal (inteligencia) -revisable, dice Tom.
(«Por qué entonces le decimos a tal o cual perro ‘Perro malo!’ Pues porque nos gusta creernos Dios»).
¿ Debemos creer que los leones comían corderos antes de la Caída o eran vegetarianos? Lo primero. Pero es toda la Creación la que está sujeta a la corrupción y que será liberada tras la segunda venida. En los comentarios pasan C. S. Lewis y Peter Kreeft. La naturaleza (el león y el cordero) antes de la caída y después de la segunda venida (iguales?). El león de Isaías (literal o simbólico?). ¿El sufrimiento de los animales es un mal ?
(Tom: «No niego que muchas personas ven la existencia de dolor en los animales como un problema metafísico a resolver. Lo que digo es que el hecho de que muchas personas lo vean así, no implica que exista realmente un profundo problema metafísico a resolver»).
Neil termina citando la DOMINUM ET VIVIFICANTEM de Juan Pablo II :
«La Encarnación, por tanto, tiene también su significado cósmico y su dimensión cósmica. El «Primogénito de toda la creación», al encarnarse en la humanidad individual de Cristo, se une en cierto modo a toda la realidad del hombre, el cual es también «carne», y en ella a toda «carne» y a toda la creación. »
# | hernan | 20-diciembre-2004

Jacintos y naranjas


… El otro se echó a reír.
—Gracias —dijo—. Y ya que estamos en esto, yo tampoco lo he visto a usted hacer oración.

El Cardenal sorbió aire.
—No es cosa que haya de verse necesariamente, según Jesucristo: «Orate Patrem in abscondito». Yo oro todo el día arreo a veces… creo, por lo menos. Tengo una presencia de Dios desde Manresa … que posiblemente es la más baja de todas, pero.. Creo es un simple fantasma imaginativo: en un «áttimo» me pongo frente a Dios, o dentro d’El digamos, como si estuviera rodeado d’El, de una «gran masa de aire fresco», que dice la Radio; y eso me dura más o menos; a veces, pocas, un día arreo, como te dije. No digo ni una palabra, no hago esfuerzo ni discurso alguno. Dios está presente en todo ¿no es así? […]
A mí me sirve. Pruébalo, Felipe.

—No. A mí no me sirve. Eso es «mística» … «nación que le aborrezco, chamigo», como decía el correntino… Yo no puedo ver a Dios sino en las cosas, soy demasiado gitano, ea. Así estos jacintos amarillos ahí sobre la mesa, al verlos de golpe al entrar, tan sencillos, tan bien hechos, tan inesperados, yo me acordé de Dios, creí en Dios… creí que existe… y me atreví a discutir de teología con un señor Cardenal.

— Hmm… No es muy diferente de lo mío, me parece.

— No lo crea. Es enterísimamente diferentísimo. No se puede usted imponer de cuán diferente es. Yo soy un sensual y usted es un intelectual […]

(L. Castellani – Juan XXIV, novela)
# | hernan | 17-diciembre-2004

La verdad y la gloria

… un pensamiento perfectamente verdadero, expresado en buenos términos, puede satisfacer la Razón sin dar la impresión de Belleza; pero entonces, ciertamente, hay algo que echar de menos en la exposición.
Es indispensable que la Verdad esté en la Gloria.

El esplendor del estilo no es un lujo, es una necesidad.


Leon Bloy (en El mendigo ingrato – 19 de agosto de 1894)
# | hernan | 15-diciembre-2004

San Juan de la Cruz

Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo,
porque esperanza de cielo
tanto alcanza cuanto espera.
Esperé solo este lance
y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.

Es hoy la fiesta de San Juan de la Cruz (español, siglo XVI).
Máximo doctor de la mística cristiana; enorme poeta, de yapa (o no).

Uno de mis santos más queridos y admirados. Querido con un cariño distinto al de -por ejemplo- su amiga Santa Teresa. El tipo era una mezcla rara de severidad y dulzura (el máximo de amor -y de sabiduría- con el mínimo de sentimentalismo), y parece que la misma (expansiva y cordial) Teresa se sentía algo intimidada ante él. Tampoco era indulgente con las monjas que confesaba, pero ellas al final se quedaban prendadas de su amor puro, fuerte y sin mezcla.
Para muestra, algunas cartas.

Las carmelitas de Beas, le habían escrito, añorando a su perdido confesor y quejándose -mujeres al fin- de que las tenía olvidadas. Y Juan las reprende:
Málaga, 18 noviembre 1586
Jesús sea en sus almas, hijas mías.
¿Piensan que, aunque me ven tan mudo, que las pierdo de vista y dejo andar echando de ver cómo con gran facilidad pueden ser santas, y con mucho deleite y amparo seguro andar en deleite del amado Esposo? Pues yo iré allá y verán cómo no me olvidaba, y veremos las riquezas ganadas en el amor puro y sendas de la vida eterna y los pasos hermosos que dan en Cristo, cuyos deleites y corona son sus esposas: cosa digna de no andar por el suelo rodando, sino de ser tomada en las manos de los serafines, y con reverencia y aprecio la pongan el la cabeza de su Señor.
Y no sólo con las monjas… Se conservan un par de cartas a doña Juana de Pedraza, una de sus dirigidas espirituales (laica). Esta carta, en la cual él responde a la consabida queja con enojo henchido de afecto («no me faltaba más sino olvidarla»), combinando con toda naturalidad la severidad y el consuelo, es merecidamente famosa:
Jesús sea en su alma y gracias a él que me la ha dado para que, como ella dice, no me olvide de los pobres y no como a la sombra, como ella dice, que harto me hace rabiar pensar si, como lo dice, lo cree; harto malo sería a cabo de tantas muestras, aun cuando menos lo merecía. No me faltaba ahora más sino olvidarla; mira cómo puede ser lo que está en el alma, como ella está.

Como ella anda en esas tinieblas y vacíos de pobreza espiritual, piensa que todos le faltan, y todo; mas no es maravilla, pues en eso también le parece le falta Dios.
Mas no le hace falta nada, ni tiene ninguna necesidad de tratar nada, ni tiene qué, ni lo sabe ni lo hallará, que todo es sospecha sin causa. Quien no quiere otra cosa sino a Dios, no anda en tinieblas, aunque más oscuro y pobre se vea; y quien no anda en presunciones ni gustos propios, ni de Dios ni de las criaturas, ni hace su voluntad propia en eso ni esotro, no tiene en qué tropezar ni qué tratar.
Buena va, déjese y huélguese. ¿Quién es ella para tener cuidado de sí? ¡Buena se pararía!

Nunca mejor estuvo que ahora, porque nunca estuvo tan humilde ni tan sujeta, ni teniéndose en tan poco, y a todas cosas las cosas del mundo; ni se conocía por tan mala, ni a Dios por tan bueno, ni servía a Dios tan pura y desinteresadamente como ahora, ni se va tras las imperfecciones de su voluntad y enterez, como quizá solía.
¿Qué quiere? ¿Qué vida o modo de proceder se pinta ella en esta vida? ¿Qué piensa que es servir a Dios, sino no hacer males, guardando sus mandamientos, y andar en sus cosas como pudiéremos? Como esto haya, ¿qué necesidad hay de otras aprehensiones ni otras luces ni jugos de acá o de allá, en que ordinariamente nunca faltan tropiezos y peligros al alma, que con sus entenderes y apetitos se engaña y se embelesa y sus mismas potencias la hacen errar. Y así es gran merced de Dios cuando las oscurece, y empobrece al alma de manera que no pueda errar con ellas; y como no se yerre, ¿qué hay que acertar sino ir por el camino llano de la ley de Dios y de la Iglesia, y sólo vivir en fe oscura y verdadera, y esperanza cierta y caridad entera, y esperar allá nuestros bienes, viviendo acá como peregrinos, pobres, desterrados, huérfanos, secos, sin camino y sin nada, esperándolo allá todo?

Alégrese y fíese de Dios, que muestras le tiene dadas que puede muy bien, y aún lo debe hacer; y si no, no será mucho que se enoje viéndola andar tan boba, llevándola él por donde más la conviene, y habiéndola puesto en puesto tan seguro.
No quiera nada sino ese modo, y allane el alma, que buena está, y comulgue como suele. El confesar, cuando hubiere cosa clara. Y no tiene que tratar.
Cuando tuviere algo, a mí me lo escribirá, y escríbame presto, y más veces, que por vía de doña Ana podrá, cuando no pudiere por las monjas.

Algo malo he estado; ya estoy bueno; mas fray Juan Evangelista está malo. Encomiéndele a Dios y a mí, hija mía en el Señor.

De Segovia y octubre 12 de 1589.

Fray Juan de la Cruz
# | hernan | 14-diciembre-2004

Las dudosas dudas del Bautista

En el evangelio del domingo pasado se leyó el episodio en que Juan el Bautista manda a preguntar a Jesús si él verdaderamente era el Mesías.

Tom de Disputations nota al pasar que, a la hora de resolver qué motivó a Juan a preguntar tal cosa, los antiguos tendían a suponer motivaciones «docentes», y no alguna especie de duda.

Da la impresión de que los modernos están estamos más dispuestos a presuponer oscuridades, debilidades y dificultades en el corazón y la cabeza de los hombres; incluso en el de uno que es «más que un profeta».

¿Será eso —si verdaderamente es así— un defecto o una virtud nuestra , o ninguna de las dos cosas… ? ¿Será que somos menos ingenuos o que tenemos menos fe ? Vaya uno a saber…
# | hernan | 14-diciembre-2004

Libros que ayudan

Jim de Dappled Things trae un listado de libros que él recomedaría al hipotético lector de buena voluntad interesado en conocer el catolicismo.

Por mi parte: totalmente de acuerdo con algunos («Mero cristianismo» de C. S. Lewis y «Confesiones» de San Agustín), quizás también «El gran divorcio» de C. S. Lewis… «El hombre eterno» no es de mis preferidos de Chesterton ; yo lo cambiaría por «Ortodoxia», sin dudas.
Del resto, he leído poco y nada. No he llegado a engancharme con Guardini ni con San Francisco de Sales (aunque le apostaría más fichas al segundo que al primero).
Ratzinger es recomendable, aunque no sé si para «principiantes»; «Introducción al cristianismo» podría se de utilidad a tipos más bien intelectuales, como muestra de la visión de un teólogo contemporáneo de peso (tanto de hecho como de derecho). También acaso algo de J. Pieper.
Hay otros libros de C. S. Lewis provechosos, como también los de Peter Kreeft (uno de sus discípulos, podría decirse).
Otros que podría agregar, para los que quieran conocer los fundamentos de fuentes modernas y más o menos confiables, el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica; y tal vez «Cruzando el umbral de la esperanza» de Juan Pablo II, «Dios en preguntas» de Frossard
Resisto la tentación de citar libros que me han ayudado … pero que no se ajustan tanto al fin propuesto. A la mayoría ya los he citado a lo largo de la vida del blog, por otro lado…
# | hernan | 14-diciembre-2004

No hay bien que por mal no venga

dicen que dijeron, … o «todas las cosas cooperan al bien de los que aman a Dios». Sí, está bien. Lo difícil es saber exactamente cuáles son esos bienes.

Por ejemplo, alguno dirá que los ataques «anticatólicos» traen como bien una especie de resurgir de la conciencia católica, como reacción. Yo no estoy seguro de que esas reacciones sean un bien; puede ser, no sé.
Y me impacienta un poco oír hablar -a propósito de esto- de persecuciones, de la semilla que es la sangre de los mártires, y de las catacumbas. No porque esas cosas no puedan ser -hoy y en algún sentido- una realidad; tal vez porque en la voz de lo que lo dicen sí me suena a irrealidad.

Puestos a imaginar bienes de realidad dudosa, yo a veces pienso que estas cosas pueden cooperar para abrir los ojos de algunos. Tanta vileza y tanta estupidez concentrada, por más que forme parte del incuestionado universo moral de la mayoría, tendría que colmar algunas medidas. Yo sospecho que más de uno de los integrantes del -digamos- público dócil, tendrá que sentir algún sentimiento de incomodidad; no la mayoría, claro; pero conque a alguno esto le sirva como primer elemento de duda, camino a la apostasía… no estará mal.

El mismo Chesterton cuenta que lo primero que lo empezó a apartar del ateísmo-agnosticismo de su tiempo y de su juventud fue, justamente, escuchar y leer demasiado argumentos anti-cristianos. Puede que en estos días a alguno le pase lo mismo.

No es que me haga muchas ilusiones con esto. Y ni siquiera valoro demasiado el hecho de abrir los ojos a la idolatría contemporánea (los pies de barro del ídolo del actual argentino estándar); no es gran cosa, ni basta para nada (mucho menos para hacerse cristiano) descubrir que casi todos los que escriben en los principales diarios, los intelectuales, los formadores de opinión, y las opiniones formadas por esos formadores de opinión, son mugre y polvo; que todos los valores de nuestro mundo no son mucho más que un vestido de las pasiones más bajas y la imbecilidad más autocomplaciente y cobarde.
No es mucho, y no ayuda mucho saberlo; sobre todo si no se ve que uno también es parte de eso. Y que no vamos a escaparnos de eso entrando a la Iglesia Católica (o a cualquier otra iglesia, o catacumba, o lo que sea). Es un primer abrir de ojos, nomás; y en el mejor de los casos.

Bien. Pero el caso es que estos días siento de manera especial (no sé muy bien por qué; y no defenderé este sentimiento) el dolor de ver tantos ojos cerrados. Y sí, creo (yo nunca estoy seguro de lo que siento) que me duele más eso que las ofensas ( a Cristo, a la Iglesia, o -menos!- a la sensibilidad religiosa católica argentina). Porque … vamos: si se tratara del viejo y honesto bando de los comecuras, uno podría tenerles más respeto. Hasta les diría que fácilmente puedo respetar el sentimiento del que odia a la Iglesia. Pueden tener buenos motivos, reales en algún plano.
Pero que odien y pretendan —a sus propios ojos— no odiar; que miren para otro lado, que hagan protestas de virtud, de integridad y sensibilidad artística… eso es tan asqueante, y tan doloroso de ver…

Por eso, les decía, esa vaga ilusión que me hago. Que a más de algún chico (no sé por qué uno se imagina a gente joven en estas situaciones) le empiece a oler mal esa unanimidad en el odio y la hipocresía.
A alguno de los lectores de la revista TxT -arquetipo del buen pensamiento- debería incomodar (pienso yo, iluso impenitente) que en toda su historia hayan dedicado tres tapas a temática religiosa: la primera, hace tiempo, para burlarse del «show obsceno» que ofrecía el Papa enfermo al mundo; la segunda, para protestar por una película presuntamente antisemita («La pasión», por Mel Gibson; película católica); y la tercera, para protestar por la protesta de la Iglesia ante una muestra (patente y confesamente) anti-cristiana …. Y -toda ocasión es buena- escupir de paso sobre «La Infame» :
2005 años no es nada: para la Iglesia el aborto, la educación sexual y hasta una muestra de arte nos llevarán al infierno.
Cómo es la nueva inquisición.
Imposible (pienso yo, iluso!) no ver la bajeza intelectual y moral de este texto —cristianismo y anticristianismos aparte—.
(De paso, hay aquí muchas cosas graciosas: lo de datar el nacimiento de la Iglesia en el año 1 -favor excesivo que nos hacen-, el diverso valor que otorgan a la condición milenaria de una religión, según se trate de la cristiana o de la azteca o incaica; y otras …)

Y que los mismos intelectuales en las mismas revistas canten tan a coro: Revista 23 festejando la «furia de la Iglesia» y felicitando al provocador (y «exiliado«, además! … en cualquier momento se manda un milagro y lo canonizan! )
«León Ferrari, exilio, militancia y trasgresión. La guerra con Bergoglio. El artista que enfurece a la iglesia
…y diario Clarín, y Página 12, y revista Barcelona, y etc…
¿No se sienten un poco incómodos, cantando en esa hinchada?
¿Serán pocos los que habrán sentido una necesidad de honestidad intelectual, que entre tantas declaraciones de apoyo al arte y contra la censura habrán extrañado la de alguno que -sin ser cristiano, odiando incluso al catolicismo- tuviera la cabeza fría para separar los tantos y repudiar la obra por anticristiana (igual que repudiaron «La Pasión» por antisemita) expresando algún tipo de solidaridad con los cristianos ? ¿Serán pocos los que vieron en ese «mirar para otro lado», en esa hipocresía, una señal de «mala conciencia»?

Mis sinceras felicidades para esos ignotos (tal vez imaginarios) apóstatas, aunque sea en potencia. No porque al apostatar de esos ídolos se estén acercando a la Iglesia, les juro. Tal vez no se estén acercando. Sólo porque… no saben lo lindo y lo bueno que es abrir un poquito los ojos. Aunque duela, a veces.
Y aunque otras veces, apenas nos descuidamos y sin darnos cuenta, se nos vuelvan a cerrar.
# | hernan | 13-diciembre-2004

Los matemáticos y la belleza

El título está bien, pero el resto…
Se trata de un matemático que hace propaganda de la matemática, afirmando que ella «constituye la base de todo pensamiento abstracto«, que «no es otra cosa que un lenguaje bien hecho«… y que termina —no podía faltar!— apelando a Borges…
Me da una especie de horror, le garanto.
# | hernan | 13-diciembre-2004

No vayan a tomarlo a mal…

El cura, al terminar la misa de ayer, notificaba de los cambios de horario durante el verano; y remató con un simpático y leve dardo a su feligresía:
… entonces la última misa de domingo ahora no será a las 20:15 sino a las 20:30. Ocho y media. Acuérdense. No sea cosa que alguno el próximo domingo venga como siempre … a las 20:25… y se encuentre con que —Uy, qué mala suerte!— …llegó temprano.
Todo con una sonrisa, claro, y como pidiendo disculpas. (No se vayan a ofender, ¿no? Peor sería que les hablara del infierno o del temor de Dios… je… ).
Pero tampoco tengo por qué ponerme sarcástico. Después de todo, el cura éste no es tan «anodino» como otros de mayor jerarquía… Reservemos los palos para cuando correspondan. Acá estuvo bien. Aprobado. (Pero por favor no pidas que aplaudamos otra vez…. ¡aggh, te dije que no !….)
# | hernan | 9-diciembre-2004

La perdida tensión escatológica

Unos comentarios (interesantes, polémicos tal vez) de Mircea Eliade sobre el apocalipsis y los milenarismos:
…. el judeocristianismo presenta una innovación capital. El Fin del Mundo será único, así como la cosmogonía ha sido única. El Cosmos que reaparecerá después de la catástrofe será el mismo Cosmos creado por Dios al principio del Tiempo, pero purificado, regenerado y restaurado en su gloria primordial. Este Paraíso terrestre ya no se destruirá, ya no tendrá fin. El Tiempo no es ya el Tiempo circular del Eterno Retorno, sino un tiempo lineal e irreversible. Más aún: la escatología representa asimismo el triunfo de una Historia Sagrada.


El cristianismo, convertido en religión oficial del Imperio romano, condenó el milenarismo como herético, a pesar de que Padres ilustres lo hubieran profesado en el pasado. Pero la Iglesia había aceptado la Historia, y el eschaton no era ya el acontecimiento inminente que fue durante las persecuciones. El Mundo, este mundo de aquí, con todos sus pecados, sus injusticias y sus crueldades, continuaba. Sólo Dios conocía la hora del Fin del Mundo, y sólo una cosa parecía cierta: este fin no era inminente. Con el triunfo de la Iglesia, el Reino celeste se encontraba ya sobre la Tierra y en un cierto sentido el viejo mundo había sido ya destruido.
Se reconoce en el antimilenarismo oficial de la Iglesia la primera manifestación de la doctrina del progreso. La Iglesia había aceptado el Mundo tal como era, tratando de hacer la existencia humana un poco menos desgraciada de lo que era en las grandes crisis históricas.
La Iglesia había tomado esta posición contra los profetas, los visionarios, los apocalípticos de toda suerte. Algunos siglos más tarde, después de la irrupción del Islam en el Mediterráneo, pero sobre todo después del siglo XI, los movimientos milenaristas y escatológicos reaparecieron, dirigidos esta vez contra la Iglesia o contra su jerarquía.

Un cierto número de notas comunes se destacan en estos movimientos: sus inspiradores esperan y proclaman la restauración del paraíso sobre la Tierra, después de un período de prueba y de terribles cataclismos. El Fin inminente del Mundo también era esperado por Lutero.

Durante siglos encontramos, en diferentes repeticiones, la misma idea religiosa: este mundo de aquí —el Mundo de la Historia— es injusto, abominable, demoníaco; felizmente, está ya descomponiéndose, las catástrofes han comenzado, este viejo mundo se resquebraja por todos lados; en muy breve plazo, será destruido, las fuerzas de las tinieblas serán vencidas definitivamente y los «buenos» triunfarán, el Paraíso será recobrado.
Todos los movimientos milenaristas y escatológicos dan prueba de optimismo. Reaccionan frente al terror de la historia con una fuerza que sólo puede suscitar la extrema desesperación.
Pero, después de siglos, las grandes confesiones cristianas no conocen ya la tensión escatológica. La espera del Fin del Mundo y la inminencia del juicio final no caracterizan ninguna de las grandes Iglesias cristianas. El milenarismo sobrevive penosamente en algunas sectas cristianas recientes.

La mitología escatológica y milenarista ha hecho su reaparición estos últimos tiempos en Europa en dos movimientos políticos totalitarios. A pesar de estar radicalmente secularizados en apariencia, el nazismo y el comunismo están cargados de elementos escatológicos, anuncian el fin de este mundo y el principio de una era de abundancia y beatitud…
Es de un capítulo de «Mito y Realidad«, que estudia distintos cosmogonías y mitos -primitivos y modernos- en sus aspectos apocalípticos. Lo puse completo (el capítulo) acá.
# | hernan | 9-diciembre-2004

Sin pecado concebida

Cada historia de conversión es diferente. Y cada cual tiene sus causas más directas y aparentes, los motivos visibles para uno (sin contar la Gracia y ayudas invisibles varias) que dispararon el acercamiento a la Iglesia… o el salto. Las cosas que uno ve (o cree ver) desde afuera, digamos, y que atraen por su verdad-bien-belleza.
Cuando de conversiones más bien intelectuales se trata (tal vez el caso de uno…) esas cosas suelen ser partes del dogma, verdades que el mundo no conoce y no quiere conocer. Y, en general, vendrían a ser los tesoros de la Iglesia (y el lector que por esto entienda «el oro del Vaticano«… hará mejor en pasar a otros blogs).
Una vez dentro, es fácil de imaginar, uno irá poco a poco encontrándose otras verdades que desde afuera no había visto (o que no había visto como verdades; parte del tesoro). Y es más: conociendo un poco a la Iglesia (y -con perdón- a Dios) uno irá sabiendo (y esto, como decía Chesterton, es lo mejor de todo) que siempre habrá tesoros por descubrir; «nuevas cosas» que Dios da a la Iglesia y la Iglesia a los fieles.

Bueno. El post (perdón por el exordio, un poco demasiado untuoso para el estilo del blog) es para celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, a 150 años de la proclamación del dogma.

Por mi parte, puedo decir que, no sólo éste dogma en sí, sino la mariología en general -bah, para decirlo con más sencillez: la Virgen María- se cuenta entre los mayores y mejores tesoros que yo encontré dentro… y creo que a la mayoría de los conversos les ocurre algo parecido.

Suelen criticar muchos protestantes esta gran relevancia que la religión católica asigna a Nuestra Señora; dicen que esto difícilmente agradaría a la misma María, cuyo principal preocupación debería ser la de esfumarse en un discreto segundo plano tras su Hijo, el único Salvador de los hombres.
No traigo esta objeción para intentar refutarla (no es el momento de disputas, hoy es día de fiesta); más bien para recordar (lo cual más bien agravaría la objeción!) que, a creer en muchas de sus últimas apariciones, es ella misma la que parece querer llamar la atención… Sobre esto, copio un fragmento de Urs von Balthasar, que toca el caso paradigmático: la aparición de Lourdes, y la Virgen que se identifica con el título dogmático -reciente entonces-: «Yo soy la Inmaculada Concepción«. Y, por supuesto, el Magnificat.
… Seguir leyendo
# | hernan | 8-diciembre-2004

Probando, probando…

Anduvimos -y creo que todavía andamos- con problemas para acceder a la página; en realidad, todos los sitios .com.ar se cayeron el día de hoy, por problemas de DNS…

Vaya pues este post, a modo de aviso para los lectores y de prueba para nosotros.

Y como para rellenar, ya que estamos y al que guste, lo invito a darse una vuelta por acá para darse una linda panzada de ilustraciones, muy disfrutable para mí, sobre Alicia, la de Lewis Carroll; muchos artistas y estilos diferentes.

PS: Acá hay más.
# | hernan | 7-diciembre-2004

Gente culta

Hermenegildo Sábat nos explica:
La visión más difundida de Jesucristo fue dictada por la Iglesia, no por pintores místicos. Una de las obras más conmovedoras del género fue pintada por Andrea Mantegna en el siglo XV, y representa a Cristo acostado, diríase en la morgue; en primer plano están sus pies. Ese cuadro, de dimensiones pequeñas, luce en la pinacoteca de Brera, en Milán. El Cristo, de dimensiones y proporciones ideales, hermoso y, diríase, carilindo, es un producto del siglo XVIII, y sus difusores comenzaron con Guido Reni.
Esta exposición, además no alterará la historia del arte en esta zona y, muchos menos, en países limítrofes y otros mucho más lejanos. La gente que ha atacado la muestra no debe frecuentar el Centro Recoleta ni museos locales o extranjeros, ni debe saber quiénes fueron Mantegna, Guido Reni o místicos como Murillo o El Greco
Esteeemm… alguien podría explicarme … ? ehhh… nada, nada.
Claro, el tipo es un excelente caricaturista. Y acaso esto sea una buena caricatura de nuestros hombres cultos (de «los que frecuentan el Centro Recoleta»).
# | hernan | 7-diciembre-2004

La milicia del primer borrador

Hace unos meses en EEUU —tiempo preelectoral, las tensiones religiosas que todos saben alrededor del tema del aborto— el presidente de Human Life International (HLI) —Vida Humana Internacional—, una de las asociaciones antiabortistas más conocidas y más ruidosas, publicó esta «carta abierta» dirigida a una (hablando rápido…) dirigente católica del partido abortista; está en inglés, y no veo traducción…
El cura -es un cura- empieza agradeciendo: «Gracias por aclararnos a todos los habitantes de EEUU el sentido de la palabra apostasía», … sigue más adelante con un dialogante «Ud. ha perdido la fe. Simplemente admítalo.» , y (tras otros párrafos de similar tono, que les ahorro) termina con esta corrección fraterna: «Mantengo la esperanza de que algún día ud. verá la luz y querrá reconciliarse con la Iglesia que ha traicionado. Si así fuera, llámeme. La oiré en confesión. Pero prepárese para una dura penitencia.»

La carta fue aplaudida por muchos católicos conservadores de por allá: esa es la manera de decir la verdad católica, y ojalá muchos hablaran con esa valentía y sin pelos en la lengua, y que aprendan esos obispos tibios y cobardes y anodidos que tenemos, y etc etc etc.
Tom de Disputations, con el buen sentido habitual, no se sumó al aplauso:
…Las palabras [de la carta] son lo que técnicamente se conoce como «primer borrador«. El propósito de un borrador tal es poner en palabras la amargura, rabia e indignación que uno experimenta al enfrentarse a quien encontramos visceralmente ofensivo. Tras escribir este primer borrador, uno lo pone aparte, para revisitarlo más tarde con la cabeza fría.
Entonces se eliminan los insultos, las diatribas y los apelativos de colegio secundario, intentando tal vez reemplazarlos por expresiones más objetivas. Las razones que en aquel momento nos parecieron incontestables (habría que ser imbécil para pensar otra cosa!) son retocadas, arreglando sus ahora evidentes fallos como mejor podamos.
El resultado es el «segundo borrador»…
Luego este segundo borrador se hace circular (se trata, recordemos, de una organización, con su staff de redactores, asesores y revisores… ), se critica, se revisita, se corrige, se pule y finalmente se publica. Que esa carta se haya publicado así, en estado de primer borrador, con toda su rabia amateur (Usenet-quality), es —dice Tom— una vergüenza para Human Life International.

Bien. De acuerdo. Ahora, un par de vueltas de tuerca.
No me importan mucho ahora las partes de la pelea, ni aquella abortista ni aquellos antiabortistas de por allá. Sino, en todo caso, los vicios de la derecha católica de por acá (es claro que es fácil extenderlo a otros lugares y otras derechas -y hasta izquierdas-; pero acotemos).
No tenemos que ir lejos para buscar otros ejemplos de orgullosos publicadores de primeros borradores, que se jactan de hablar con voz más firme y más católica que los obispos.

– Oh, no… ¿Otra vez te la vas a agarrar con Caponnetto y Panorama y esa gente?
– Ponéle.
– Bueh, dale… Aunque convengamos que las proclamas de éstos no parecen primeros borradores: más bien textos muy revisados, aunque no para atemperar el tono sino para afilar mejor los insultos, eso sí…
– Más a mi favor.
– Como siempre, sí…. Pero bueno, concedido que haya similitudes de estilo ¿y con eso? Después de todo, ¿ qué hay de tan criticable en la carta de HLI (y en las proclamas de acá)? ¿Que falta a alguna norma de cortesía … periodística ? ¿Que sale a las cámaras sin maquillarse? Al fin y al cabo, será ofensivo, o chillón, o hiriente, todo lo que quieras; pero es auténtico. Dice la verdad, como la siente, sin sordina y sin anestesia. Y no es gratis. En el peor de los casos —suponiendo que esa manera de decir las cosas no es efectiva (y esto está por verse)— sólo será una falta de habilidad; mera táctica. Nada que debamos reprochar como si fuera un pecado.
– Ay, ay…

El asunto es … lo que venía diciendo; que para mí es una cuestión de espíritu —nada de mera táctica—. Creo que ese «primer borrador» que el corazón nos dicta … efectivamente, debemos retocarlo. No porque sea algo demasiado luminoso o fuerte para que mundo pueda tolerarlo; no se trata de maquillaje; ni de azúcar o soda que convenga poner para facilitar su recepción.
Yo más bien creo que esos primeros borradores nos están dictados por la parte más baja del alma; y hasta le aplicaría aquello de «lo que sale del corazón del hombre, eso es lo que mancha» (Mt 15:18).
No es, pues, «la verdad«.

Es lo que me parece, en mi limitada visión. Y no sé… es de suponer que estos católicos tendrán claro -es más, demasiado claro- que las pasiones humanas no son de por sí buenas… y que, tras el pecado original, tienden más bien a ser malas si la razón -y la oración- no las vigilan.
Pero no me parece (en mi limitada y falible visión, insisto) que les preocupen sus propias pasiones religiosas, que en algunos (en nosotros, si quieren) son más peligrosas, más dañinas, que las pasiones carnales.
Y no parecen querer preguntarse si esas vociferantes proclamas contra los enemigos de la religión católica que tanto disfrutan, (incluso en clave de «zafaduría adolescente») no son otra cosa que un desborde de pasiones; en el peor sentido de la palabra: «lo que nos mancha».
# | hernan | 6-diciembre-2004

Hermano fracaso

Ya he dicho alguna vez de mi profundo disgusto por el uso (peyorativo e insultante) de la palabra «loser» (perdedor, fracasado) allá en el norte…
Hoy la sufrí, por enésima vez (viendo «A Bugs’s life – Bichos«, de Pixar/Disney). Y la semana pasada, con Scarface, lo mismo… pero ya no de pasada. Recordarán los que la hayan visto a la Michelle Pfeiffer, gritándole en el restaurant a su esposo, el triunfador narcotraficante Al Pacino: «we are losers!«.
Todo bastaste pretencioso y trivial, me dirán; la plata no hace la felicidad, y todos esos lugares comunes…

Bien, pero ese no es el punto. El punto (igualmente pretencioso y trivial, supongo; pero menos visitado) es que ser un loser no debería ser visto como una maldición; y los cristianos, sobre todo, deberíamos estar inmunizados contra ese terror al fracaso. Y más, exagerando la nota: el fracaso (y quién no es un fracasado!) bien puede nuestra tabla de salvación.

Nuestro Dolina (en sus notas sobre Flores, revista Humor) escribió un «Elogio del Fracaso«. Está lindo (tal vez mañana veré de buscarlo y copiarlo acá), pero típicamente insuficiente, lastrado de esa desesperación romántica (pagana) que sabemos; melancólico.

Lo que yo quisiera encontrar es un elogio del fracaso en clave cristiana, y por lo tanto alegre. Porque ¿no es acaso el fracaso una especie de pobreza? ¿No se le pueden aplicar entonces las mismas bienaventuranzas de Jesucristo, y los requiebros amorosos de Francisco de Asís? Y al éxito ¿no le caben las mismas maldiciones que a la riquezas ? ¿No es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un exitoso entrar al Reino de los Cielos ?

A ver, momento, momento: ¿de qué fracasos estamos hablando ?
De todos; pero sobre todo, de los sueños de éxito personal, que se van muriendo con los años, y de la tristeza y (canta Gardel) «el dolor de ya no ser» (ante los ojos propios y a los del mundo). Sueños de adolescencia, en general… encontrar a la mujer/hombre ideal, y ser para ella/él el hombre/mujer ideal… un matrimonio siempre feliz, una familia sana… una carrera literaria, artística (talento que se creyó tener, fama que se esperaba), descubrimientos científicos, sabiduría intelectual, progreso laboral, algún tipo de poder o de influencia… de perfección espiritual, incluso. Y descubrir, lejana ya la adolescencia, que no… que no encontramos la mujer que fue hecha para nosotros, que nosotros tampoco fuimos la salvación de nadie, que nuestro matrimonio se fue al diablo, que no teníamos la inteligencia o los talentos que sospechábamos, que los años pasaron y no aprendimos nada, que no teníamos la misión que creíamos, que no teníamos ninguna misión y que si la tuvimos la malogramos, y que al fin de cuentas —dicho ahora en argentino— «no le ganamos a nadie» (o al decir de Discépolo: «… yo, que pensaba ser un rey… /qué ganas tengo de llorar nuestra niñez … quién más, quién menos/ pa’ mal comer / somos la mueca de lo que soñamos ser«).

Traducía Castellani -libre y dudosamente- una poesía de Chesterton, una «Oración por los que no han tenido suerte». Recuerdo algunos versos…
… Por el poeta hambriento
que mal nutrido de ilusión y viento
ve de golpe un buen día que no tiene talento.
Por la muchacha torda
que es feúcha la pobre, pobre y gorda,
y lo sabe, la pobre, aun siendo un poco sorda…
Aunque la idea era otra, no vienen mal acá; no sólo por ese repetido adjetivo, «pobre» (que es lo que queríamos demostrar, como decimos en matemáticas), sino también por el «ve de golpe» , y el «lo sabe, la pobre«. Porque, digo yo, el fracaso es (puede ser) santificador, en el mismo sentido en que la pobreza lo es (o puede serlo): porque hace ver, porque nos abre los ojos.
El mismo Castellani decía en otro lado (en «Las parábolas de Cristo»):
… ¿Cuál es pues la excelencia espiritual de la pobreza, y ese «reino de los Cielos» que pertenece a los pobres? Dire lo que sé, que ya he indicado.
La pobreza nos pone más cerca de la Realidad; de la realidad mística y religiosa, que es la realidad última y más duradera; la realidad más real.
En el fondo de su alma, en el campo de lo eterno, el Hombre es un pobre, pues por el pecado original quedó el hombre «despojado de lo gratuito y herido en lo natural»; mas el fondo del alma y las cosas eternas, cosa es que el hombre no ve, impedido por el cuerpo, mas el pobre, puesto en situación análoga en su mismo cuerpo, le es más fácil verlo; y el verlo es la humildad, principio y fundamento de todas las virtudes.
Las apariencias de lo material y la atracción de lo sensible nos engañan totalmente, que a todo hombre puede decirse lo que el Apocalipsis dice a la última Iglesia (que mucho me temo sea la nuestra), la Iglesia de los Tibios, que no son cristianos ni paganos del todo:
«Tu dices yo soy rico y potentado y no necesito de nada; y no sabes que eres mísero y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo …. « (Ap. III, 17)
¡No sabes! Pero el pobre, fácilmente sabe. El colirio que dice allí San Juan que sana los ojos, es la necesidad.
También el fracaso, así entendido, con la humillación que trae consigo, puede ser ese colirio capaz de sanarnos los ojos. Y de reconocer nuestra indigencia, y de acordarnos -hijos pródigos- de que tenemos un Padre que nos espera. Digo yo. Espero yo.


(Y no faltará el chusco —Dolina mismo…— al que se le ocurra alguna fácil paradoja; de si el que, ateniéndose a lo anterior, busca el fracaso y lo encuentra, es en realidad un fracasado o un exitoso. Y que fracasar en los esfuerzos de santidad sería en realidad bueno… etc. Pero esas chuscadas —también aplicadas al caso de la hermana pobreza … y con cierta agresividad anticristiana a veces— no merecen por lo general más que una sonrisa al pasar)
# | hernan | 5-diciembre-2004

El infierno según Teresa

La otra noche manoteé de la mesita de luz las obras de Santa Teresa y lo abrí al azar … Algunos hacen esto con la Biblia, yo no acostumbro; una especie de juego, levemente supersticioso, si lo miramos mal; piadoso y muy antiguo, si lo miramos bien … me vienen a la cabeza San Agustín, Dostoyevsy y Volkoff, entre muchos que lo hacían o citaban…

Bueno. Yo caí en el capítulo 32 de la Vida, donde relata una visión que tuvo del infierno. Poca suerte, pensé; pero, bueno, seguí el juego… Y así, aunque yo ya había pasado por esas páginas -y más de una vez- sin que me dejara mayor huella, traté de leerlo con más detenimiento del que suelo (leo muy rápido y muy mal).
Y funcionó. Por primera vez entreví (o creí entrever) lo que Teresa vio, y compartí algo de su sentimiento. Impresionante, ver el infierno, no desde afuera, sino desde adentro -«desesperado y afligido descontento»- y sobre todo, verlo como oscuridad, ahogo y soledad; no sólo en contra de muchas imaginaciones contemporáneas, sino al revés de aquello de «el infierno son los otros«.
Pero -y creo que esto fue lo que más me impresionó- se siente que el más ausente es Dios. Perdido, y para siempre. (Y además todo, a mi ver, no combina mal con algunas concepciones modernas -C. S. Lewis- que ven en el hombre condenado algo cercano al no-ser).

Sé que hay muchos -incluso cristianos- que detestan estas visiones -o imaginaciones- infernales. Dicen que en un tiempo se abusaba de esto, y hoy la mayoría de los curas se cortarían la lengua antes de leer esto de Teresa en un sermón. Y no me quejo, yo qué sé; no tengo interés en impulsar la predicación del infierno y el temor. No sé, no importa.
Personalmente, el infierno nunca fue un tema que me llamara la atención, casi nunca pensaba en eso. Acaso por cierta «modernidad» que llevo encima (no sé si virtud o defecto o ninguna de las dos cosas) y que me lleva, aun en mi vida religiosa, a sintonizar más con modos de sentir modernos que medievales (por más que pretenda dármelas de reaccionario antimoderno a veces…). Por eso, de entrada había creído que la página de Teresa no iba a funcionar conmigo: ella tenía una mentalidad medieval (o vecina a la medieval) donde el temor al infierno juega un papel importante…
Pero estaba doblemente equivocado. Porque, además de la dicha inesperada sintonía, encontré esta frase que antes no había notado:
…no es nada oírlo decir, ni haber yo otras veces pensado en diferentes tormentos (aunque pocas, que por temor no se llevaba bien mi alma)

Notable, para mí al menos. Y además, tras todo esto, el remate «edificante» de la visión resulta muy convincente … para mí al menos.

Va abajo la página en cuestión.

… Seguir leyendo
# | hernan | 2-diciembre-2004

Lo que me basta y me sobra


Te quiero para estar solo
contigo, Sierra de Ronda.
Sierra llena de senderos
perdidos, de dulces lomas
tostadas y con sembrados
en las laderas, de motas
blancas donde duerme el hombre
su constancia perezosa
y de agudas tempestades
armadas de roca en roca.
Solo contigo, guardando
lo que me basta y me sobra.
Allá el mar y tú en mis ojos
encrespádonme las horas,
sin darme paz y durmiendo
en mi paz, tan silenciosa.


Dionisio Ridruejo, Cancionero en Ronda, 1942.
# | hernan | 2-diciembre-2004

A blasfemia, penitencia

A los sacerdotes, consagradas, consagrados y fieles de la arquidiócesis [de Buenos Aires]

Buenos Aires, 1º de diciembre de 2004
Queridos hijos y hermanos:

   Desde hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asímismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.

   Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere.

   Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón. Por ello, el próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad.

  Que nuestra Madre de Luján nos acompañe con su cariño.

Card. Jorge Mario Bergoglio s.j
Arzobispo de Buenos Aires
# | hernan | 1-diciembre-2004

La queja del ángel

Mi ángel de la guarda me reprocha esta costumbre mía, de meterlo a él en mi blog como una especie de recurso literario. Porque -me dice- el ángel de la guarda es algo serio, y es una realidad tremenda, grandiosa, católica … Y bastante olvidada por los católicos. Es una pena (y acaso una frivolidad peligrosa que bordea el sacrilegio) traerlo acá como un personaje mítico ficticio, es menospreciar al ángel de la guarda verdadero.

Quién sabe, puede haber algo de verdad en esto… Y es cierto que me acuerdo poco de rezar a los ángeles, y al mío en particular.
Pero como esta queja me la hace el mismo ángel ficticio, tampoco me la voy a tomar muy en serio… ¿no?
# | hernan | 1-diciembre-2004

Experimento pensado

1. Confeccione ud. una obra plástica que plasme un sentimiento de odio antijudío, de manera intencionadamente revulsiva. Por ejemplo: dibújese un judío con rostro afilado y mirada codiciosa juntando billetes y exprimiendo solapadamente a las naciones del mundo. O una obra burlesca que coquetee con el exterminio nazi.
2. Cuélguele al resultado el sustantivo «arte» y el adjetivo «polémico«.
3. Repita los pasos anteriores las veces que sea necesario (o más).
4. Intente conseguir un espacio para exponer en un lugar importante dentro de la cultura de Buenos Aires.
5. Intente lograr que los neutrales medios argentinos reporten neutralmente el hecho. Y que califique cualquier eventual protesta como «una protesta aislada de sectores judíos extremos» (puesto que la exposición cuenta con la advertencia de que «puede herir ciertas sensibilidades»).
6. Intente convencer a los críticos de que su obra es valiente al «meterse con» la versión oficial de la historia y «contraatacar las motivaciones hegemónicas» de los medios.
7. Finalmente, y sobre todo: intente usted, no sólo ya zafar de ser acusado de infringir las leyes anti-discriminación religiosa, no sólo ya zafar de que lo escupan y lo «escrachen», sino lograr el «contundente apoyo» de las autoridades de nuestra Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora la Virgen María de los Buenos Aires, desde Ibarra para abajo, con asistencia incluida del secretario de Cultura porteño, Gustavo López.

(Para el que no lo sepa, en física se llama «experimento pensado» al que no es necesario, o posible, o conveniente hacer en realidad, pero cuyos resultados pueden ser previsibles y/o instructivos de imaginar).
# | hernan | 1-diciembre-2004