… al despertar, me saciaré con tu semblante.
Final del salmo 17
(O «me saciaré con tu rostro», o «me hartaré de tu imagen» -aunque esta última puede sonarnos equívoca)
Tres posible lecturas:
1: (ascética) dedicar los primeros pensamientos del día a Dios, que ese sea el desayuno matinal.
2: (mística) deseo de que el alma despierte (se convierta) para estar centrado en Dios.
3: (escatológica) esperar de la consumación (parusía, juicio, resurrección) para contemplar cara a cara Dios.
Si me dan a elegir… me quedo con las tres. Pero, por lo pronto —volando bajo; carreteando, más bien— con la primera.