Selección (recomendaciones, mayormente) de lecturas más o menos recientes:
J. H. Newman: La iglesia de los padres (1835-1873)
Es un libro menor, de divulgación: artículos de una revista con semblanza de algunos padres de la Iglesia; y sin embargo es de lo que más he disfrutado de uno de mis autores más admirados. A Newman le cae muy bien este registro.
R Rondanina: Simone Weil: mística y revolucionaria (2001)
El título me prometía poco, pero es una buena biografía e introducción a la obra de mi querida Simone. Libro equilibrado y sensato.
E. Schillebeeckx: Dios y el hombre (1965)
Colección de ensayos variados. Bastante espacio dedicado a un libro de un obispo anglicano (J. Robinson: Honest to God) que hizo mucho ruido en su momento (que los tradis detestan…igual que a Schillebeeckx). Muy bueno todo, en especial un texto sobre la providencia.
Claude Lévi-Strauss: Tristes trópicos (1955)
Clásico de la etnología (visita a tribus de Brasil), mechado de antropología y acaso filosofía – apasionante para mí. (Nota trivial: ¿vieron lo que pasa con el periodismo, que cuando por ahí tocan hechos que uno conoce de cerca, uno comprueba que realmente no saben nada ni quieren saber? bueno, aquí me pasó lo mismo, pero a la inversa, con una página dedicada a hablar del mate; impecable).
René Girard: Cuando empiecen a suceder estas cosas (1994)
Estilo entrevista, agradable de leer y estimulante. Buena introducción al pensamiento (importante, creo) de Girard. [pero la traducción -ediciones Encuentro- es un completo desastre!]
Olivier Clement: Sobre el hombre (1972)
Compré este libro medio al tuntún, sólo porque lo vi barato y me sonaba vagamente el autor. Teólogo ortodoxo, un estilo potente que me recuerda a Evdokimov (veo ahora que prologó un libro de este). Muy bueno. Lástima que ambos son difíciles de conseguir.
Raymond Brown: The Birth of the Messiah (1979)
Obra de referencia, ya casi un clásico, sobre los evangelios de la infancia de Cristo. Estilo académico, claro (muchísimas notas y referencias) pero bien legible y sustancioso.
Paul Ricoeur: Crítica y convicción (1995)
Otro libro entrevista; seguramente no de lo más profundo ni representativo del autor, pero sí de lo que me queda más a mi alcance. Uno lee sobre su medio cultural (entre Francia y EEUU) y siente que está viviendo en el Mato Grosso que visitó Levi-Strauss…
José Antonio Pagola: Creer, ¿para qué? (2008)
Epa. Bueno, sí, sí, ya sé quién es Pagola, o mejor dicho, lo que su figura representa… El caso es que no había leído nada suyo, encontré esto en una librería de usados, lo compré sin más referencias y con mucha desconfianza. Y qué quieren… casi hubiera preferido que no me gustara, para poder tirarle palos a los progresistas españoles, y así “dar esperanzas” a mis lectores tradis, si alguno quedara… Y no, no hay caso. Me gustó mucho. Me pareció un libro modesto pero precioso (en los dos sentidos de la palabra). Sobre todo considerando cómo están las cosas en la madre patria, después de darme una vuelta por “religión en libertad”… el hecho de que este libro (según me enteré después) haya sido un éxito de ventas se me antoja una de las noticias más alentadoras que ha tenido el catolicismo español en las últimas… décadas.
Novelas… no estoy leyendo mucho últimamente – (¿quizás es que estoy madurando? no sé, no creo).
Jane Austen: Emma (1815)
Primer contacto con Jane Austen (uno de mis muchísimos baches), y fue un placer. En realidad, no lo leí, sino que lo escuché, para practicar inglés (oral), bajé el audio de LibriVox y, para el que le interese, la recomiendo (la novela, la versión grabada, y el ejercicio). La única trampa que hice (y también recomiendo) es imprimir el listado de personajes porque los nombres propios suelen traer problema. También es recomendable la miniserie de TV (una de las varias) con Romola Garai (2009) (se consigue por torrent).
Fedor Dostoyevsky: El adolescente (1875)
Lo había leído hace tiempo -demasido joven- la relectura me hizo apreciarlo mucho mejor. No llega a la talla de las otras cuatro grandes (Karamazov, Idiota, Crimen y castigo, Demonios) pero ¡cómo me gusta Dostoyevsky! Creo que con ningún otro escritor (y no me faltan devociones por este lado) me siento tan compenetrado, nadie me convence más de la autenticidad de su genio. Dostoyevsky es… Dostoyevsky.
Walker Percy: The Thanatos syndrome (1987)
Novelista católico del sur estadounidense, que algunos ponen en dupla con Flannery O’Connor; aunque, dicen que en su momento él tenía más prestigio que ella, pero el paso del tiempo fue -y sigue- invirtiendo las posiciones. Su última novela, primera que leo y quizás la última – me dejó un mal regusto. Dicen que no es la mejor suya; como sea, la veo profundamente fallida. Me parece ceder a esa tentación de la tristeza ante el mal, esa fascinación morbosa por las distopías que pretenden abrir los ojos («miren, miren cómo el mundo se va al diablo»). Quizás me equivoque, pero me recuerda lo que decía Bloy sobre la concepción de fondo de “El señor del mundo” de Benson: “busca sobre todo la angustia inferior, el miedo. Y eso no puede venir de Dios.”
Con todo, me gustó esta respuesta suya, en una entrevista:
If you mean, am I still a Catholic, the answer is yes. The main difference after thirty-five years is that my belief is less self-conscious, less ideological, less polemical. My ideal is Thomas More, an English Catholic—a peculiar breed nowadays—who wore his faith with grace, merriment, and a certain wryness. (ref)
Si se refiere a si todavía soy católico, la respuesta es que sí. La diferencia principal, después de treinta y cinco años, es que mi fe es menos consciente de sí misma, menos ideológica, menos polémica. Mi figura ideal es Tomás Moro, un católico inglés -una raza peculiar en esta época- que portaba su fe con gracia, jovialidad y una cierta ironía.