Me he enterado esta tarde de la elección del Patriarca de Venecia, que ha tomado el nombre de Pío X. Esta noticia me entristece, lejos de alegrarme, y me hundo en un pozo de negrura. ¡Tanto había deseado yo un acontecimiento extraordinario! Siempre lo mismo: ¡un italiano, y un viejo!Del Diario de Léon Bloy, 4 de agosto de 1903.