No recuerdo cómo lleguer a leer, por arriba, un ensayo [pdf] de un autor ignoto que, en nombre de la tradición católica, denuncia a Newman como un liberal de ortodoxia dudosa, precursor del modernismo y el CV2 (y etc, etc, etc). Previsiblemente, prefiere a Manning; y da por justos todos los palos que este y otros católicos «ultramontanos» poderosos en aquel momento, en Inglaterra y en Roma, le pegaron al sufrido cardenal.
Nada muy relevante, ni original. Pero lo que me llamó la atención es esto: a la hora de contrastar la filosofía de Newman (particularmente en Grammar of Assent) con los que siguen la filosofía de Santo Tomás y «las exigencias de la realidad», el autor enumera una serie de «principios que la Iglesia ha mantenido desde tiempos inmemoriales [sic] y que Newman rechazó, o eso parece» (p. 13). Y encabeza su listado el siguiente principio:
1. Lo abstracto y especulativo es superior a lo concreto y práctico.
¡Lo abstracto, superior a lo concreto! Eso enseña, según el autor (y la recensión aprueba), no ya la filosofía tomista (esa que se pliega a «las exigencias de la realidad»), sino la mismísima Iglesia católica!
Al lado de esto, poner a Manning por sobre Newman… no tiene la menor importancia. Y ya sé que semejante escrito no tiene por qué ser representativo, ni merecer la aprobación del tradicionalismo católico, en sentido amplio (de hecho, diría que no*). Pero sí que puede ser buena caricatura; y, acaso, advertencia, para curarse en salud.