De un escrito de Abel —pero mejor leerlo completo, junto con este otro sobre Cristo Rey— sobre el arduo tema de la segunda venida de Cristo; tema frecuentado en la liturgia del comienzo de Adviento.
Debemos sin embargo tomarnos en serio las dificultades que nuestra cosmovisión nos plantea, y reconocer que debemos salir a la reconquista del lenguaje escatológico del Nuevo Testamento. Las palabras que Jesús utiliza para referirse a la futura venida del Hijo del hombre y la implantación definitiva del Reino tienen seguramente una dimensión de realidad que hoy se nos escapa.
No está nada mal que comencemos por reconocer ese simple hecho: tal lenguaje se nos escapa, y no podemos ya acceder a él de manera inmediata. Es mucho mejor que andar haciendo malabarismos catastrofistas, que querer superponerle a la historia un preesquema que el conocimiento histórico no valida; y desde luego mucho mejor que declarar como nulo y superado el Nuevo Testamento. Reconocer la propia imposibilidad permite ponerse en movimiento hacia aquella reconquista.
Y es extraño, en verdad, que estas admisiones nos cuesten tanto, a unos y a otros. Que, cristianos y cristianísimos, tengamos tanto miedo de ser pobres (pienso en Castellani, por ejemplo…)