Via Dappled Things: una página sobre el
pelícano en la iconografía,
sobre todo en la heráldica medieval.
En aquellos tiempos, el pelícano se había adoptado como una figura
de Cristo. Se creía que el pelícano cuidaba a tal punto de la vida
de sus pichones, que al faltarle comida se abría el pecho
con el pico para darles a beber su sangre. El símbolo, entonces,
es claro -aunque, veracidad de la leyenda aparte, a los modernos
la imagen nos choca. Colores demasiado fuertes
para ojos demasiado cansados, tal vez. O menos ingenuidad, o mejor gusto, vaya a saber.
En el catolicismo actual, la imagen ha quedado un poco olvidada;
Gaudí sin embargo se acordó de incluirla, en lugar destacado, en la fachada de
la Sagrada Familia de Barcelona [*].
La figura del pelícano sobrevive en algunas pocas oraciones. Sobre todo en este famoso
himno de (nada menos) Santo Tomás de Aquino: Adoro te devote.
Acá hay un mp3
(5 MB) para escuchar.
Y también la partitura
(gregoriana; no asustarse, es fácil de leer… bueno, al que prefiera leerla en notación
moderna, está acá).
[* Aunque nunca faltan penetrantes investigadores que asombran al mundo al descubrir alusiones masónicas o esotéricas, y así desconcertar a los ingenuos que creemos
en el catolicismo de Gaudí… Pensar que con sólo buscar en Google podrían ahorrarse papelones…]