1. Anota Bloy en su Diario, 13/9/1901 :
Inscripción en un viejo reloj de sol: «Es más
tarde de lo que suponéis«.
Recordé entonces que en «La ordalía de Gilbert Pinfold»,
Evelyn Waugh menciona que la frase estaba de moda en los
años treinta, como un dicho supuestamente agudo e
intranquilizador. Busco ahora en Internet y la encuentro
varias veces, citada a veces como «Proverbio chino»
(el comodín para colgar a frases de procedencia desconocida);
también juntada (bastardeada) con alguna variante del Carpe Diem.
Y hasta un
poema.
2. En diciembre de 1903, Bloy da una conferencia a «un humilde círculo de obreros cristianos» ( «… pequeña catacumba moderna… No hay nadie menos conferencista que yo. Salgo al paso como puedo…»). Uno de los párrafos:
… lo que bien comprendemos es que nada en el mundo
o en los infiernos sería capaz de pagar nuestras almas.
«Yo soy hijo del hombre y de la mujer, según me han dicho.
Esto me asombra. Yo creía ser más.» Esto lo ha escrito
un poeta absolutamente moderno, que fue todo lo desdichado
que es posible ser. Pascal está radiante de gloria por
palabras de menor magnitud.
Ni Bloy ni el editor especifican quién es este poeta.
Se trata (hoy es más fácil saberlo que en 1903) del
«conde de Lautremont«, en aquel entonces completamente
desconocido. A través de Bloy, justamente
lo conoció Rubén Darío (que escribió este artículo
de presentación, que cita esa frase).
Y una curiosidad extra : aquí el cardenal francés Poupard evoca
la misma frase, poniendo al autor
al lado de Pascal.
3. La tercera por ahora sólo la ponemos como adivinanza ¿De dónde sacó Baudelaire eso de que «Los chinos ven la hora en los ojos de los gatos«? (no presumo de conocer la respuesta con seguridad; pero si es la que yo creo, es un saber tan selecto como inútil).
Continuará.