Los hombres nos deben lo que habíamos imaginado que nos darían.
Perdonarles esta deuda.
Aceptar que sean distintos a las criaturas de nuestra imaginación es imitar el renunciamiento de Dios.
Yo también soy distinta de lo que imagino ser.
Saberlo, es el perdón.
Simone Weil, en «La gravedad y la gracia«. Perdonarles esta deuda.
Aceptar que sean distintos a las criaturas de nuestra imaginación es imitar el renunciamiento de Dios.
Yo también soy distinta de lo que imagino ser.
Saberlo, es el perdón.