…Son tan oscuras de entender estas cosas interiores, que quien tan poco sabe como yo, forzado habrá de decir muchas superfluas y aun desatinadas para decir alguna que acierte.
Es menester tenga paciencia quien lo leyere, pues yo tengo para escribir lo que no sé, que cierto algunas veces tomo el papel como una cosa boba, que ni sé que decir ni como comenzar.
Esta apelación a la buena voluntad del lector la hizo
Santa Teresa de Jesús en las primeras páginas
de «Las Moradas«. No por nada es la patrona
de los escritores… Es menester tenga paciencia quien lo leyere, pues yo tengo para escribir lo que no sé, que cierto algunas veces tomo el papel como una cosa boba, que ni sé que decir ni como comenzar.
Bueno; salvando las distancias, puedo hacer mía la advertencia; y hasta me dan ganas de adoptarlo como «motto» y ponerlo en la barra del costado. Pero me daría un poco de vergüenza, tratándose de esa escritora, y de ese libro. Igual, lo hago mío, como hago mío (a veces,algunos días, algunos posts..) lo que dice al final: «Aunque cuando comencé a escribir esto que aquí va fue con la contradicción que al principio digo, después de acabado me ha dado mucho contento y doy por bien empleado el trabajo». Porque ella había empezado a regañadientes:
Si el Señor quisiere diga algo nuevo, Su Majestad lo dará o será servido traerme a la memoria lo que otras veces he dicho, que aun con esto me contentaría, por tenerla tan mala que me holgaría de atinar a algunas cosas que decían estaban bien dichas, por si se hubieren perdido.
Si tampoco me diere el Señor esto, con cansarme y acrecentar el mal de cabeza por obediencia, quedaré con ganancia, aunque de lo que dijere no se saque ningún provecho.
Pero algún provecho se sacó, es de creer. Y fíjense lo que son las cosas: hoy mismo, un argentino ha perdido su
lunes feriado haciendo una nueva versión electrónica
de aquel librito que Teresa empezó con tanta mala
gana hace algo más de cuatro siglos.Si tampoco me diere el Señor esto, con cansarme y acrecentar el mal de cabeza por obediencia, quedaré con ganancia, aunque de lo que dijere no se saque ningún provecho.
Acá está, entonces: Las Moradas, de Santa Teresa de Jesús.
Esperemos que (eso, este blog, y en general, todo lo que uno hace) sea para provecho de alguien.