Vislumbres

Uno mira, y mira, y mira, y a veces (muy de tarde en tarde) ocurre que uno ve. Vislumbres de diferentes calidades y claridades; aunque fugaces, por lo general. No es mística -al menos, no necesariamente; aunque podría serlo en un nivel de «mística natural»; como lo que contaba Ionesco; tal vez aún menos. También con el arte, claro (qué poca inocencia, para necesitar medios tan rebuscados). Disfrutar con plenitud una melodía, un verso, una escena; -plenitud fugaz, que pasa como una ola.

Me pasó días atrás, que pensando (o sintiendo) no sé qué, se me cruzaron aquellos versos (famosos, por acá) de «Naranjo en flor«:
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento….
Nunca me habían dicho demasiado. El escéptico que uno lleva adentro los sospechaba más bien arbitrarios… palabras hijas del capricho del poeta y de las conveniencias métricas, metidas sin mayor fundamento ni concierto, casi al azar (en todo caso, habría sido más lógico poner «amar» antes de «sufrir».. ¿no?).
La cuestión es que, en aquel momento, de golpe me parecieron claros y profundamente (evidentemente) verdaderos. Claro, me dije: primero sufrir; después amar; después partir; y al fin, al final de todo… andar sin pensamiento. ¡Claro!!!
No creo que hubiera podido explicar qué es eso que veía claro; y ciertamente, no se me ocurriría intentarlo ahora. Ahora la veo menos; y las puertas vuelven a cerrarse y uno se queda afuera, acompañado del cínico escéptico; escéptico respecto al sentido profundo de la poesía, y escéptico respecto a la correspondencia de nuestras vislumbres con algo real.
Por lo que a mí respecta, les diré que yo no tomo demasiado en serio mis pobres y esporádicas vislumbres; pero al escéptico éste, lo tomo menos en serio todavía.

Y «que se me pegue la lengua al paladar» si dejo de dar las gracias por cualquier vislumbre; aun la de unos versos de tango.
# | hernan | 29-agosto-2006