Deshinchar a Castellani (11)

One prefers, of course, on all occasions to be stainless and above reproach; but, failing that, the next best thing is unquestionably to have got rid of the body. (PGW)

Basta de citas, dije. Pero si del (presunto, si quieren) antisemitismo de Castellani se trata, hay que tocar otros rasgos asociados a esa tendencia política -por decirlo de alguna manera. Muy por arriba: nazismo, fascismo, racismo. Empezando por lo último, y menos relevante:

Esto es poesía de «negro gordo» […] Almafuerte no era negro,era blanco y flacón, pero como diría Ramón Doll «hay negros de todos colores». (Jauja 1)

Esta broma políticamente incorrecta de Doll le hacía mucha gracia. Yo digo que demasiada. El mote lo usaba para denigrar poesías como teologías:

… Teología a la Fulton Sheen. “Teología para negros”, llama a esta fábula Ramón Doll. Con perdón de los negros. (La parusía – 1962)

Tocó en su momento (los ’60) el tema del apartheid; con el contraculturismo que es de imaginar (no es la sintonía de Pablo VI , claro). Los racistas son… los negros; o los negroides – variación paralela, supongo, a aquella de judíos-judaicos.

En la reunión del «Commonwealth» de Londres se enfrentaron los negroides contra Gran Bretaña, que quería pactar con Africa del Sur pues no veía más remedio. Los negroides querían la guerra. Se enfrentan un principio natural (el «apartheid» o apartamiento de los blancos rhodesios) y el racismo de los negros o negroides envalentonados. (Jauja 25 – 1968)

Pero, momento: tampoco es que los ingleses sean buenos, puesto que son protestantes.

Inglaterra milita contra el racismo de Rhodesia.

El «apartheid» tiene raíz protestante y el protestante tiene raíz judía; y el judío es el racista puro, el racista absoluto y necesario, el racista a nativitate. (Jauja 35 – 1969)

Los otros, los que no son como nosotros, en el fondo son todos lo mismo, son una sola familia: apartheid=>protestante=>judío=>racista… ergo: lo dicho, son todo lo mismo; todos son racistas salvo nosotros.

Respecto a su posición frente al nazismo y el fascismo… La biografía de Randle apunta que «a pesar de que algunos le pondrán el mote de nazi durante los años de la guerra (y después) hay que anotar aquí que Castellani incluyó a Hitler entre los pseudoprofetas: «Hitler profetizaba la paz por mil años -yo lo oí con estos oídos que se ha de comer la tierra… como se lo comió a él)”»  (p. 387)

Sí, es una cita conveniente («cherry picking» que le dicen). Podemos agregar esta otra:

El nacionalsocialismo alemán, en lo que tiene de pagano y anticatólico, no es más que la última corrupción del fermento luterano. Es ateísmo en el fondo.

Bien. El nazismo es malo… en lo que tiene de malo. Y ese nazismo malo, tiene raíz luterana… que en el fondo es ateísmo (y antes habíamos dicho que el protestantismo tenía raíz judía, no?) Nada que ver con nosotros, y todo que ver con los otros. Muy satisfactorio.

Tenemos citas menos cómodas, empezando por lo ya citado de Hitler como «héroe pagano«, y siguiendo:

Dos ideas nuevas se han abierto paso entre el follaje ilusorio o amañado del pacifismo liberal, y habiéndose formulado como metas de la época que viene, ya no las para nadie, ni se ve la posibilidad de esquivar la opción entre ellas. De una parte, el Super-Estado judaicomasónico que completaría política y militarmente la superestructura económica ya existente del capitalismo internacional. De otra parte, las alianzas libres pero totales entre grupos de naciones espiritualmente afines, a la manera de la Cristiandad Medieval o del siempre soñado Imperio Católico, realizado parcialmente por España en América, como antes por Carlomagno, o Carlos Quinto. (Deciamos ayer Agosto 1944)

[Según Hegel] todo lo que sucede en la historia son los avatares de Dios… ni siquiera la muerte de Sócrates, ni siquiera la muerte de Cristo fueron injusticias: las hizo el Estado, fueron necesidades de la Evolución del Espíritu Absoluto; como decían los juristas alemanes hegelianos Von Bernardi (?), Carl Schmitt y repetía aquí inocentemente Bruno Jacovella cuando decía que «la violencia es la partera necesaria para toda creación política». Eran los tiempos en los cuales nosotros los nazis creíamos que íbamos a tener la fuerza nosotros; por lo menos Jacovella. (S A 141)

Sí, sí, ya sé que lo de «nosotros los nazis» lo dice en broma – ni me escandaliza ni quiero escandalizar a nadie con eso; no soy un lector de Galeano escribiendo para lectores de Galeano; soy un lector de Castellani escribiendo para lectores de Castellani. ¿Queda claro esto? Bien. Ahora, traduzca ud. el párrafo anterior a un lenguaje seco, neutral, no irónico, y atienda a lo que dice.

Un gobierno realmente religioso, como fue el gobierno de San Luis XI, de Cisneros, de Mussolini […]

Puesto en el trance de elegir entre el neomaltusianismo y la Muerte, si Mussolini eligió la Muerte, hizo bien delante de los ojos de Dios, aunque su elección esté por encima de la comprensión de «El Pueblo», y de toda esa raza chabacana e inútil que nos llamábamos en otro tiempo República Argentina (Las canciones de Militis 1944)

Yo residí en Italia en la época del auge del fascismo, cuando estaba en la cumbre, cuando estaba triunfando. Yo lo miraba con gran simpatía aunque aún no sabía mucho. Los jesuitas compañeros míos de estudios sí eran todos fascistas. […]

Estuve en Alemania [en 1934] y no encontré más que entusiasmo en todos lados por Hitler. Aunque algunos encontré que lo criticaban…. Escuché una vez un discurso de unas tres horas… Hitler se ponía como un energúmeno cuando hablaba. Pero no se puede negar que tenía fuerza de palabra, muchísima… Le pregunté al rector del Colegio por la persecución religiosa “¿Qué persecución religiosa?”, me dijo. No admitían que hubiese persecución.

Benito Mussolini, un hombre de hondo sentido religioso… [sic] (La reforma de la enseñanza – 1931)

De todos los regímenes totalitarios modernos [Mussolini] ha sido el menos totalitario: notablemente menos que el argentino. “Noi fascisti siamo nel régime feroce del monopolio dell’istruzione? NO» (De K. a Sto Tomás )

A Mussolini, se ve, más bien le tiene simpatía; y sin exceptuar  (más bien al contrario) sus rasgos más … «autoritarios» (¿prohibió tal libro? ¿hizo la vida difícil a judíos o protestantes? bien hecho). Así, no recuerdo que tuviera nada que objetar a las medidas fascistas de 1938 contra los judíos (que provocaron las protestas del mismo Pío XI), y menos a las restricciones a los «herejes«. Lo que Castellani echa en falta en el duce es … más catolicismo.

Si el movimiento fascista italiano fracasa (cosa que está por verse) nadie me quitará de la cabeza que ese poderoso movimiento moral antiburgués (noi siamo contro la vita cómmmoda) padeció grave escasez del fermento religioso católico.
(Deciamos ayer,  1943)

También está la fábula «La langosta» de «Camperas», su primer libro. Ante la inacción de los chacareros, el colono Benedicto Mulosini toma medidas, drásticas aunque anti reglamentarias e inconsensuadas, para detener la temible plaga de la langosta («mejor matarla cuando es mosquita»). Salva así al pueblo, pero en lugar de recibir el agradecimiento de los vecinos, es molido a palos.

No tiene en cambio mayores simpatías hacia Hitler y al nazismo, es verdad; la derecha católica nunca la tuvo, más que como aliado ocasional en la lucha contra el comunismo (y algunos ismos más). Al mismo tiempo hay que decir que, antes o después de 1945, muestra muy poca sensibilidad o perspicacia para señalar lo que tiene el nazismo de malo; sus defectos parecen accidentes y carencias – de catolicismo. Y no hablo sólo de lo que hicieron con los judíos – pero también.

El escándalo de Sur, pues, el ver que Hitler desplaza y destierra a Einstein y a Zweig es hasta un punto justificado… ; sería justificado si Einstein y Zweig —quiero decir el llamado «intelectual» moderno no hubiese empezado por traicionar él mismo su gran misión y pecar contra la luz volviéndose un “especialista», cuando no un logrero y un diletante. Hitler es un azote providencial… (Seis ensayos – 1941)

Hitler quería remediar la opresión. No quería guerra con Inglaterra y Francia, no digamos Estados Unidos. Quería si acaso guerra con los bolchevicos, antes que se la hicieran ellos. La Historia, el Hado, Churchill y Roosabel lo quisieron de otro modo. (Jauja 24 – 1968)

Hitler es un enigma, al menos para mí; no para los que se nutren de cine y diarios, desde luego. Genio y rústico; una capacidad intelectual enorme con candideces y errores crasos, intuiciones sorprendentes con cegueras y obcecaciones pueriles, un carácter noble y humano o almenos muchos rasgos de nobleza junto a decisiones atroces, aparentemente almenos, otra vez. ¿Un histeroide, como juzgó Klages? ¿Un endemoniado, como repicaba la propaganda inglesa? No. Hitler fue católico, nació y vivió un tiempo católico. No un pagano pues, no un protestante: un católico apóstata. Quizás esa sea la clave del secreto. (Jauja 35)

Y, en general, para un tipo tan interesado en temas políticos, tan indignado por los presuntos desaguisados de otros gobiernos (EEUU, URSS… o Argentina), tan crítico de los presuntos defectos (teoría y praxis) de regímenes democráticos, liberales o comunistas, su relativa indulgencia y silencio cuando del Eje se trataba, dice algo.

Se me dirá que una cosa es opinar sobre el nazismo en 1935 y otra en 1960.  De acuerdo, pero: si era más disculpable apoyar a Mussolini y/o Hitler en 1935, tampoco era para nada obligado. La simpatía de Castellani no era universal, tampoco dentro del catolicismo; sólo lo era dentro de ciertos círculos ideológicos (anti liberales y anti democráticos). «Los jesuitas compañeros míos de estudios sí eran todos fascistas», dice; aun suponiendo que fuera cierto de todos sus compañeros jesuitas (lo dudo), esto no es más que una pintura de su entorno y sus simpatías. El mundo católico de entonces era más grande, sólo que había territorios que él ni quería ver (su antipatía declarada por Sturzo, por ejemplo – o por Ms. De Andrea).

Además, en los años posteriores Castellani no parece haber evolucionado en su pensamiento político, ni haberse replanteado muchas cosas. Ya se ve que en su último libro (alrededor de 1970) sigue machacando su antigua gansada de que las leyes de Mussolini eran menos totalitarias que «el monopolio » de la educación estatal argentina.

borrego

Y en Jauja…. Ay, Jauja…. El material nazi (¿en qué sentido de la palabra? en el  amplio-pero-no-demasiado que ya sabemos, el que adopta el mismo Castellani en la referencia a Jacovella) de la revista no se agota en aquella desopilante crítica de cine, ni en sus rezongos sobre la llegada a la luna. En particular, las críticas bibliográficas. El cura, que ataca con furia desdeñosa (y enorme liviandad) cualquier libro que huela a progresismo (Teilhard de Chardin, Karl Rahner, Severino Croatto, Schillebeeckx, etc), repasa con simpatía (y, lo que peor, da muestras de haber leído con fruición) panfletos de cuarta categoría y dudosa erudición.

«Josef Leo Seifert — Los revolucionarios del mundo»  He aquí un libro eximio de un antropólogo austríaco. Ojalá todas las traducciones que nos vienen de España se le asemejaran.

Esta reseña de Castellani data de 1968 (Jauja 18), la traducción de 1953, y el libro… de 1930 (en muchos aspectos intelectuales, creo, Castellani se quedó congelado en 1930). El libro, oscuro, sólo lo encuentro mencionado  aquí y aquí (y miren uds. el ambiente…). Un poco de la reseña, para hacerse una idea (del libro y de Castellani) :

… el autor traza la sorprendente genealogía de la sin númeras herejías de Occidente, comenzando con Rusia. […] El autor cree que la raza eslava es constitucionalmente proclive a la destrucción de la propiedad privada, el fastidio hacia la autoridad y (parece lo contrario pero no lo es) la apatía debajo de los tiranos.

Este itinerario histórico de Leifert camina con un bagaje inmenso de erudición, crítica y discurso. Su conclusión, más bien optimista, anuncia la reaparición del catolicismo, como «paladín de los bienes supernacionales y supersociales de la humanidad».

Literatura para «cranks», es mi impresión. En el mismo género, y cayendo más bajo:

SALVADOR BORREGO E. — «Derrota mundial» — 17 edición – México, 1968. He aquí un libro que jamás se hubiese podido hacer en Yanquilandia… En 700 páginas contiene la historia más atrevida y documentada que se haya hecho de la Gran guerra Segunda […] Este libro es un alud de verdades. No de balde fue encarnizadamente perseguido (Jauja 24)

Estoy pensando ahora, al releer el gigantesco libro mexicano «DERROTA TOTAL» que él es una hazaña hispánica superior a la hazaña lunícola de los Tres Jayanes — aunque en otro plano, desde luego. (Jauja 35 – Nov 1969)

Recuerdo que en la revista no sólo escribía él; pero estas palabras son de él. El libro de Salvador Borrego se puede bajar de esta página nazi (ahora en el sentido estricto de la palabra) (por supuesto, que el libro esté ahí no significa que sea nazi  – no necesariamente).

(continuará)

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