1) En la investigación científica, descubrir que otro ha estado
pensando lo mismo que uno, es una pequeña tragedia
(scooped! =
me
han
madrugado).
En las otras áreas del pensamiento (filosofía, teología) es una alegría.
2) El drama del «gran científico malogrado» no es muy grave. Que un Abel
haya muerto a los 26, o un Galois a los 21 (¡y en un duelo!)
es triste, pero lo que la ciencia pierde no es mucho, a lo sumo unos
años; lo que deja de descubrir un matemático ya lo descubrirá otro.
Con otras áreas de la cultura no es así. La música que Mozart
no compuso al morir tan joven nos la perdimos de veras.
Notas someras en demasía, seguro; acaso injustas o sofísticas.
Habría que sopesarlas, matizarlas y vestirlas con ropas más decentes.
Pero así las dejo, por ahora.