Yo me acordé de aquello, cuando me topé con esto… Por un momento pude hacerme la ilusión de una especie de ofrenda piadosa… (al estilo de la «Difunta Correa!).
Pero… no; evidentemente, no se trataba de eso.
Se trata de la comodidad de los fieles, nomás. Y seguramente la temperatura tiene más poder de convocatoria que la arquitectura.