Una lástima lo de Kramnik. Por varios motivos.
Sobre todo porque a partir de ahora muchos hombres en todo el mundo tendrán* a mano, automáticamente, una referencia que les facilitará restar importancia a sus propias metidas de pata, y sentir menos vergüenza por ellas.
(«Al fin de cuentas,
si el campeón del mundo no vio un mate en uno, no es ninguna
tragedia que yo… etc»).
*
¿O «tendremos»? Quiera Dios que no; pero no estoy seguro.