Lectura de algunas páginas de Ana Catalina Emmerich.
¡Ah! ¡Qué hermosa, qué santa podría ser nuestra vida si Dios lo quisiera!
Una entrada del diario de León Bloy, 23/Feb/1901. La última frase es una de las varias suyas que se me han quedado prendidas en el alma (¡y hace tantos años!), como una de esas melodías pegadizas. ¡Ah! ¡Qué hermosa, qué santa podría ser nuestra vida si Dios lo quisiera!
Casi una jaculatoria.
Bien veo que en cierto sentido es absurda —¡cómo Dios no va a quererlo!— pero… así es la cosa.