[Releo algún tiempo más tarde las diatribas a que me entregaba en este cuaderno contra el «apostolado moderno», contra los católicos modernos, las consoladoras «manifestaciones» religiosas a que convida la Semana Religiosa de Versalles, el envilecimiento del pensamiento cristiano, etc., y anoto al margen]: Cuánta fatuidad en mi celo.
Es verdad, me digo, espontáneamente. Y me lo digo, pensando no en él sino en «nosotros» … ¿y quiénes son «nosotros»? Algunos católicos, conversos en su mayoría, sospecho; con demasiado sentido del ridículo, de desprecio fácil y paciencia difícil…Caracterización imprecisa y algo oscura, pero por ahora lo prefiero así. Al que le pueda servir, lo entenderá, creo yo.