Ana de Tejas Verdes

Mi reblandecimiento estético-sentimental avanza a paso firme.
Compré la novelita («Ana de las Tejas Verdes», Lucy Montgomery, canadiense, un siglo atrás) cuando la vi en una mesa de usados, y recordé que Takahata-Miyazaki habían hecho una serie (posterior a Heidi y Marco) sobre ella. Eso no habría sido tan grave ($3, al fin y al cabo; peores cosas he comprado). Más me cuesta confesar que, aunque comencé con desconfianza (librito para nenas … y las de antes; una onda Luisa May Alcott, digamos) y no dejé de deplorar algunas torpezas y sonceras literarias demaiado notorias en el primer capítulo, la continué sin esfuerzo y terminé leyéndola con gusto.
No conforme con esto, bajé por bittorrent la serie completa… 50 capítulos de 23 minutos cada uno… casi veinte horas; un anime bastante precario en dibujo y animación (1979), calidad de video apenas pasable, audio en japonés, y subtitulado en un inglés espantoso. Y la vi completa, con franco placer. Y ya la estoy reviendo.

Sobre la novela: es la historia de una niña pelirroja (Ana) huérfana que es adoptada por dos hermanos (Marilla y Matthew) solteros, en un pequeño pueblo canadiense. Ella es muy vivaz, charlatana y original, y -previsible; todo es previsible acá- se gana el corazón de todos («Ayyyy que tieeeernooo», «Sí, ¿no?»). Abarca desde los once a los dieciséis años. Después la autora escribió otros libros a modo de continuación, pero la serie se limita a este volumen.
La serie es muy fiel, letra y espíritu. El formato serial (un episodio por semana, da un año para toda la serie) permite un ritmo muy calmo y detallista; no falta prácticamente nada del libro. Está dirigida por Takahata; Miyazaki participó algo en los primeros capítulos nomás. Creo que yo que lo mejor es la caracterización de Ana (y su crecimiento; las imágenes que copio estarían en orden cronológico), resulta creíble y querible. Los otros caracteres (tal vez con la excepción de Diana, su mejor amiga), están mucho menos trabajados, y en general resultan inexpresivos y algo toscos (se acuerdan del abuelo de Heidi…).
La animación es rudimentaria, y se nota que los recursos no sobraban; pero los fondos, la música y las voces están muy bien. Por sobre todo, ese simple buen gusto general, que preanuncia lo mejor del estudio Ghibli. Ese buen criterio y esa delicadeza sencilla que tanto echa uno de menos (lo duro de ir al cine estos días a ver «Howl», fue soportar las colas de los otros estrenos infantiles; muy deprimente).
Están sacando en España una edición en DVD con doblaje español (viejo); pero lamentablemente esa compañía –Planeta Junior– no se caracteriza por cuidar la calidad. Espero conseguirla algún día, de todas formas.

Van algunos links: Datos técnicos, review con galerías de imágenes, entrada en Wikipedia (sobre el libro y las varias versiones fílmicas), algunos videos, un sitio en italiano.
# | hernan | 14-marzo-2006