Científicos eran los de antes

Ya que de ciegos que vuelan alto hablamos: Leonard Euler fue el matemático más grande (y no le faltaba competencia) del siglo XVIII.
Nacido en Suiza en 1707, hijo de un pastor calvinista, dejó sus estudios de teología a los quince años (pero sin dejar nunca de ser un cristiano muy devoto). Vivió bastante tiempo en Rusia (San Petersburgo) y en Berlín. Perdió un ojo a los 28 años, y antes de los 60 había perdido la vista del otro. No disminuyó por esto su prodigiosa productividad científica, más bien al contrario: ya ciego, escribió más de 400 papers y varios libros, antes de morir a los 76 años. Se calcula que escribió un promedio de 800 páginas por año, durante casi toda su vida; todo de excelente calidad, en todas las ramas de la matemática.
Tenía una enorme facilidad para el cálculo y una memoria descomunal: se sabía, por ejemplo, hasta la sexta potencia de los cien primeros primos.
Pero no todo era matemática: la memoria también la usó para aprender muchísimos poemas (podía recitar La Eneida completa). Y más:
… Podría pensarse que sólo pudo mantener tal volumen de actividad a costa de todos los demás intereses; pero Euler se casó y tuvo trece hijos, estando siempre atento al bienestar de su familia; educó a sus hijos y nietos, construyendo juegos científicos para ellos y pasando tardes leyéndoles la Biblia.
También era aficionado a opinar sobre cuestiones filosóficas, aunque aquí descubrió su único punto débil y recibió por ello frecuentes pullas de Voltaire; en una ocasión se vio forzado a reconocer que nunca había estudiado filosofía y lamentó haber creído que se podía comprender dicha materia sin haberla estudiado; pero el ánimo de Euler para las disputas filosóficas no disminuyó y continuó empeñandose en ellas; incluso se divertía con las mordaces críticas que recibía de Voltaire.
Rodeado de un respeto universal -bien merecido por la nobleza de su carácter- pudo, al final de su vida, considerar como discípulos suyos a todos los matemáticos de Europa.
(del libro de Morris Kline). Algo más acá y acá.
# | hernan | 22-febrero-2006