Miyazaki y anime

Un poco como inicio de un serial sobre Miyazaki que estaba debiendo, un poco en respuesta a la extrañeza de algunos lectores (¿de veras son buenos esos dibujitos japoneses?), vamos con una brevísima introducción y puesta en contexto, destinada sobre todo a los mayorcitos que, como yo, saben poco o nada del tema.
Antes : un aviso que puede servir al improbable lector de EEUU interesado en el tema.
Durante los jueves de enero, el canal de TV «Turner Classic Movies» estará pasando películas de Miyazaki. Para no perderse, sobre todo porque incluyen películas que no se estrenaron en cine y ni siquiera en DVD (como «Only yesterday»). No se pierdan Totoro!

Primera visión global del asunto:
anime: es la palabreja fundamental, quiere decir algo como «dibujos animados japoneses». Más precisamente, es un estilo de animación con características propias, originario de Japón, que lo diferencian de lo que uno conoce (Walt Disney, sobre todo). Si ud, como yo hasta hace poco, no ha visto animé y cree saber de qué se trata («ah, sí, esos dibujos con ojos grandotes, mal animados, violencia, robots … «) lo más probable es que esté equivocado. Porque, a pesar de tener su estilo propio, el género es demasiado amplio y variado. Antes de tratar de caracterizarlo mejor, me apresuro a aclarar: conozco muy poco de anime, y no lo estoy recomendando. Lo que a mí me gusta -y mucho- es la obra de «Estudio Ghibli» (Miyazaki sobre todo). ¿Y eso es animé? Sí. Pero dentro del género, ocupa un lugar muy pequeño y restringido, si bien importante y reconocido.
Se comprende que muchos interpreten mis loas a Miyazaki como una recomendación del anime en general, pero no es el caso, para nada; es como si una persona que nunca hubiera leído una novela, interpretara mi recomendación de Dostoyevsky como una recomendación de las novelas en general.

Volvamos al anime. Sabrán que acá en occidente gusta sobre todo a algunos jóvenes, y cada vez más. La serie pionera fue «Astroboy», y junto a ella los de mi generación recordarán a Heidi, Meteoro, etc. Pero esos recuerdos son muy insuficientes para apreciar la magnitud del asunto. En las últimas décadas el género explotó y se abrió en subgéneros con públicos diferenciados. A diferencia de Disney y semejantes, en general no están orientados a niños; al menos no principalmente. Tiene más presencia en series de TV que en cine, y la temática es muy variada, argumentos complejos con atención al «desarrollo del personaje». Hay distintos estilos de dibujo, sobre características comunes («ojos grandes«) (más estilizado -por no decir empalagoso- más realista) Hay anime violento, romántico, erótico, pornográfico, futurista, humorístico, infantil … Y hay juegos de video, comics , naipes, etc.
Por ahora, no he encontrado nada fuera del mundo de Estudio Ghibli que me haya gustado demasiado; pero al menos he aprendido a respetar el género, que antes tendía a despreciar.
Algo más de vocabulario:
manga=historietas en papel (comics). Muy populares en Japón, son la base de muchas series y películas (eso explica parcialmente, dicen, la tolerancia del público a las animaciones poco «fluidas», en comparación a Disney). hentai: anime pornográfico (en todos los grados y variantes que puedan imaginar, y más) otaku: suelen autodenominarse así los fanáticos del anime

Continuará.

Y los dejo con algo un poco… «bizarro». Unos «wallpapers» (fondos de escritorio) de «anime cristiano«. Vean por ejemplo la chica bajista (mostrando discretamente piernas y corpiño), mientras hace su «ruido alegre para el Señor». Ya les advertí que el género da para todo. De todas maneras, el estilo es buena ilustración de una característica típica de una buena parte del anime (sobre todo el orientado a las chicas): su «cuteness» (¿cuál es la palabra en castellano … Jeeves ? Belleza ? No, no … Preciosidad ? Mejor… Sería la sustantivación de «bonito»… Esa belleza tierna y empalagosa)
# | hernan | 2-enero-2006