– Pardon me, my lord, the possibility had already
presented itself to my mind.
– It had ?
– Yes, my lord.
– Do you ever overlook anything, Bunter?
– I endeavour to give satisfaction, my lord.
Caramba, pensé, este habla igualito que Jeeves…
¿Será que todos los mayordomos ingleses usan -o usaban-
semejantes expresiones? Y sentí un breve amago de leve decepción…
el inimitable Jeeves no es tan original, después de todo.– It had ?
– Yes, my lord.
– Do you ever overlook anything, Bunter?
– I endeavour to give satisfaction, my lord.
Breve amago, digo, porque dos segundos después leí la siguiente línea del diálogo:
– Well. then, don’t talk like Jeeves. It irritates me.
El prestigio de Jeeves queda intacto, pues.
Y el de Dorothy Sayers, con esto, sube un poquito.
(Actualizado: Lo que son las casualidades… Al día siguiente de escribir esto, hurgando libros usados en Parque Rivadavia, encontré la novela en castellano -a $2. Resistí la tentación de llevarla, pero no la de buscar ese pasaje. El traductor -y no lo culpo- recortó las líneas citadas, sólo quedó la primera. )