Tiempos viejos

Un par de entradas de «En el umbral del apocalipsis«, anteúltimo volumen del diario de Leon Bloy:
4/sept/1914 – Los diarios confirman la elección del cardenal Della Chiesa, que ha declarado su intención de tomar el nombre de Benedicto XV.
El gobierno se traslada heroicamente a Burdeos.
Los rusos, conquistadores de una parte de la Prusia oriental, denominarán en lo sucesivo Petrogrado a San Petersburgo, signo maravilloso -y ridículo- de un odio impío…

6/sept/1914 – «Le Matin» se regocija por haberse elegido un papa político, estilo León XIII. «La Iglesia -dice- ha padecido demasido con el divorcio llevado a cabo por Pío X entre la santidad y la política» (!). Ofrezco un millón al que me explique esa frase.
Recién había empezado lo que después se llamaría la Primera Guerra Mundial (de ahí la alusión irónica a la heroicidad del gobierno). En los meses por venir, Bloy cubriría de injurias al nuevo Papa por su neutralidad, por su negativa a condenar a Alemania; esto puede decir algo sobre Bloy -a quien, ya lo sabrán, yo puedo perdonar todo, como una madre a su hijo- sobre el Papa, o sobre la guerra; no sé.
Nada nuevo bajo el sol. Ni las almas, ni los diarios.
# | hernan | 26-abril-2005