¿Y esto??
Bueno… dignos periodistas… católicos, parece. Parecieran necesitar una brújula, por lo menos.
Ahora, leyendo eso, me da miedo pensar que algún poderoso me haya ofrecido por mail un par de millones de dólares y yo lo haya confundido con uno de esos «scams» nigerianos. Mientras me dedico a revisar mi carpeta de mensajes borrados, recuerdo a todo poderoso que quiera comprarme que mi mail está a la derecha.
Tendría que
pensarlo —la idea es demasiado nueva para mí— pero creo poder asegurarle que por un millón de pesos puedo por ejemplo escribir un
post sobre los éxtasis
que experimento al rezar todas las noches la oración por la patria pergeñada por nuestros pastores, lágrimas de devoción incluidas (por poco más
puedo incluir levitación, o la audición de voces divinas que exaltan la sabiduría del obispo X -a elección del comprador).