Las soporto como puedo (y me uno si puedo), pero una del domingo pasado («… para que la Madre Tierra llegue a pertenecer a los que la cuidan y la trabajan ….«) fue un poco demasiado para mí. Hasta amagué, más tarde, a acercarme a las lectoras, para preguntarles la fuente… pero supongo que ni hubieran entendido de qué les estaba hablando; me parece que a las lectoras de misa, muy entusiastas ellas, jamás se les ocurriría hacer un juicio de valor sobre lo que leen. Acaso sea una virtud, vaya a saber.
Al irme, vi unas de esas nefastas hojitas de «El domingo» (editorial San Pablo) y me llevé una, con la vaga esperanza de encontrar ahí un listado de intenciones. Pero no, claro; no incluyen intenciones, sólo las lecturas y algunos textos olvidables. Menos olvidable, la propaganda de un libro (editorial San Pablo, claro) que encontré al final de la dichosa hojita: «El mito del éxito«, de un tal Ulrich Kohlmeier. «Mito»… en el buen sentido de la palabra, por lo que parece:
El mito del éxito propone una amplia variedad de ideas y estrategias para alcanzar el anhelado bienestar, la felicidad, la paz interior, el equilibrio, la conciencia de sí…
El lector puede extraer de este texto aquello que necesita y le resulte de utilidad para trabajar sobre su libertad personal.
Este libro fue escrito para las personas que no están satisfechas con su situación actual y se preguntan qué pueden hacer para mejorarla de modo profundo y duradero, elevando su calidad de vida privada y profesional; y para todos aquéllos que estando satisfechos con su condición personal del momento, aspiran a obtener nuevos impulsos para avanzar hacia una meta futura.
El autor, calificado en industria y comercio, diplomado en administración comercial, estudió economía de empresa en Gotinga y Economía en Adelaide, Australia. Después de desempeñar, durante varios años, cargos directivos en las esferas de estrategia y control en Chile, Ecuador y Alemania, actualmente, es asesor en administración, estrategia y desarrollo empresario.
Edificante, en verdad. Este libro fue escrito para las personas que no están satisfechas con su situación actual y se preguntan qué pueden hacer para mejorarla de modo profundo y duradero, elevando su calidad de vida privada y profesional; y para todos aquéllos que estando satisfechos con su condición personal del momento, aspiran a obtener nuevos impulsos para avanzar hacia una meta futura.
El autor, calificado en industria y comercio, diplomado en administración comercial, estudió economía de empresa en Gotinga y Economía en Adelaide, Australia. Después de desempeñar, durante varios años, cargos directivos en las esferas de estrategia y control en Chile, Ecuador y Alemania, actualmente, es asesor en administración, estrategia y desarrollo empresario.
Ya quisiera uno -pobre cristiano, en plena cuaresma- sentirse «satisfecho con su condición personal del momento»; y aun así sentir tantas ansias de perfección como para «aspirar a obtener nuevos impulsos para avanzar hacia una meta futura».
No hay nada que hacerle; esta gente la tiene clara. Yo no sabría combinar con tanta soltura la liturgia de misa, los reclamos de justicia social y la edición de empresarios alemanes exitosos.
Me saco el sombrero.
PS: Acabo de encontrar ahora más material ; otro libro del tal Ulrich … en la misma exitosa y católica editorial. Y aunque me cuesta horrores poner un link a ese sitio, esto no tiene desperdicio.
«El libro es como un buen supermercado: Le ofrece un amplio surtido de valiosos y prácticos consejos en forma de destellos de pensamientos que usted puede seleccionar y utilizar según sus necesidades y deseos:
– La vida es muy seria para ser tomada en serio. En serio!
– No existe el fracaso, sólo los resultados inesperados.
– El propósito de la vida es una vida de propósitos.
– La emoción es como la electricidad; muy poco funciona sin ella… »