Cioran: eruditos de rodillas

Dice Emil Cioran —famoso escritor, ateo, compatriota y amigo de Mircea Eliade— en una entrevista:
… Siempre hubo en mí una vocación religiosa, en realidad más mística que religiosa. Me es imposible tener fe, igual que me es imposible no pensar en la fe. Pero la negación siempre triunfa.

Hay en mí una especie de placer negativo y perverso del rechazo. Me he movido toda la vida entre la necesidad de creer y la imposibilidad de creer.
Esa es la razón de que me interesen tanto los seres religiosos, los santos, los que llegaron hasta el final de su tentación. Por mi parte, tuve que resignarme, porque decididamente no estoy hecho para creer. Mi temperamento es tal que en él la negación siempre ha sido más fuerte que la afirmación. Es mi lado demoníaco, si quiere.
Y por eso tampoco conseguí nunca creer profundamente en nada. Me habría gustado, pero no pude.

Sin embargo… Mire, le hablaba de la reacción indignada de Mircea Eliade tras la publicación de De lágrimas y de santos. Pues nunca dejé de pensar que yo era, religiosamente hablando, mucho más ponderado que él. Y desde el principio.
Porque para él, la religión era un objeto, y no una lucha…digamos con Dios.
En mi opinión, Eliade nunca fue un ser religioso. Si lo hubiera sido, no se habría ocupado de todos esos dioses. Quien posee una sensibilidad religiosa no se pasa la vida enumerando los dioses, haciendo inventario. No se imagina uno a un erudito arrodillándose.
Siempre he visto en la historia de las religiones la negación misma de la religión. Es algo seguro, no creo equivocarme en ello.
Interesante, toda la entrevista.
Respecto de lo último, … yo no estoy seguro de que sea así. Ni tampoco de lo contrario. Ni aplicado a Eliade, ni en general.
Acusación similar suele hacerse (desde el lado …espiritual) contra los teólogos… Suponen muchos que el hecho de andar todo el día razonando sobre los atributos de Dios y esas cosas tan técnicas (por ej), debería darse de patadas con la religiosidad verdadera, con la oración y la devoción … más cercana a la emoción que a la razón, dicen …
Yo no no lo digo, ni lo pienso. Pero argüir sobre esto me llevaría demasiado espacio. Me quedo entonces, por ahora, con el ejemplo del mismo Santo Tomás. Teólogo de rodillas, si los hay.
# | hernan | 1-marzo-2005