…Que algunos hombres hayan podido enamorarse de esta
letrina es una buena prueba del rebajamiento de los hombres
de este siglo. Ver el prefacio de Mademoiselle La Quintinie…
Tiene buenas razones para querer suprimir el infierno.
…No puedo pensar en esa criatura estúpida sin un estremecimiento de horror. Si la encontrara no podría evitar arrojarle una pila de agua bendita por la cabeza.
…No puedo pensar en esa criatura estúpida sin un estremecimiento de horror. Si la encontrara no podría evitar arrojarle una pila de agua bendita por la cabeza.
De las anotaciones póstumas, característicamente energúmenas, del gran Charles Baudelaire, refiriéndose a la (entonces considerada grande) escritora George Sand.
Entre sus enamorados —y más que enamorado— se contó el pobre Chopin.
Mademoiselle La Quintinie es una novela (olvidada hoy, como la obra de George Sand en general) de inspiración anticlerical, en cuyo prólogo la intelectual estampó este pensamiento:
… para no citar más que uno de los artículos de fe de la Iglesia,
nosotros nos preguntamos si el espíritu de Dios forma parte de ella
cuando nos ordena creer en la existencia del diablo y en las penas
eternas del infierno.
Era el año 1863, y la autora estaba cerca de los 60 años.