Traditore

Alioscha, el personaje de Dostoyevsky, en el famoso diálogo con Iván (Los hermanos Karamazov, V, 4), termina afirmando que, si los hombres «no tenemos derecho a perdonar» (en el sentido en que a lo sumo podemos perdonar las ofensas que se nos han hecho a nosotros, pero no podemos borrar el mal hecho a otros, el mal hecho al universo), hay Alguien que sí puede:
Él puede perdonarlo todo y puede perdonar a todos, pues ha vertido su sangre inocente por todos y para todos.
Está bien. Muy bien.
Ahora… tome usted el texto del escritor ruso del siglo XIX, páselo a un intelectual europeo del siglo XXI, tradúzcalo, edítelo y publíquelo en la sección «Opinión» de un diario argentino, y lo encontrará transformado en esto:
En Los hermanos Karamazov , en una conversación sobre un general que intencionalmente había azuzado a unos perros para que despedazaran a un niño, Iván le pregunta a Alioscia si Dios puede perdonar una crueldad semejante.
«No -responde con pesadumbre Alioscia-, no puede.»
# | hernan | 5-febrero-2005