Sospechaba que la referencia a un mártir musulmán
iba a despertar perplejidades y hasta indignaciones
en algunos lectores. Sospechas realizadas.
Sobre todo: un lector español me aclara,
muy campanudamente, que el Islam tiene un
solo programa: exterminar a los infieles
(la Iglesia, concretamente); que para verlo
basta con leer el Corán y
«desprenderse de prejuicios ecumenoides» [sic]
(consejo que habría que dar com mayor urgencia a otros
cristianos descaminados, supongo).
Y además, afirma mi lector:
«Hablar de un santo no cristiano es una contradicción en los términos «.
¿Sí?