Vi hace poco esta película de Dreyer de 1928, muy famosa
entre los cinéfilos. Yo estoy lejos de serlo, y he visto muy
pocas películas mudas. Pero … en verdad, impresiona.
Igual que la película de Bresson, (también muy buena;
no confundir con la de Luc Besson, no tan buena)
abarca solamente el proceso y su muerte en la hoguera.
Película hecha de rostros, inolvidables algunos… curiosamente
el blanco y negro pareciera ser más efectivo para distinguir
los detalles faciales (verdad es que la película está
llena de primeros planos).
El guión, al parecer, traza un paralelo con la pasión
de Cristo: hay detalles como una especie de corona y
cetro que le ponen a modo de burla,
un juez que la escupe, una mujer que se
acerca a darle agua camino a la hoguera…
y hasta una sangría (medicinal). No sé cuánto tienen
de histórico estos detalles.
Un par de curiosidades (trivia): Cuando vi la sangría,
me impresionó el realismo -para la época…-. Después
encontré que más que realista fue real (con un extra, eso sí).
Y la otra curiosidad es para aquellos con berretines
culturosos-literarios.
A ver si alguien adivina quién
es este actor que interpreta al religioso joven, de
pelo oscuro y pómulos salientes, uno de los pocos
buenos de la película, y que al final sostiene
el crucifijo para que Juana lo contemple
al morir quemada (ayuda: recordar
el país y la época; y apuntar más
por el lado del teatro y la literatura que del cine).
Aprentando el link, la solución, al pie de
una galería de imágenes que capturé de la película.
La solución al acertijo: el actor en cuestión es Antonin Artaud