La sabiduría que da la edad (moderna)

No acabamos de recuperarnos de las enseñanzas de Saramago, y ya nos cae encima Paul Johnson.
Estamos rodeados.

El reportaje en La Nación es -al decir del entrevistador- tan encantador como el entrevistado. Lo citó también ens; yo citaré sólo el párrafo final, cuando el periodista lo invita a adularnos:
Buenos Aires es tan linda como París. Tiene librerías mucho mejores que las de Gran Bretaña y una Feria del Libro como no hay en Europa. El país tiene todo tipo de materias primas y una población educada. Cada vez que voy me lleno de tristeza, porque soy el primero en sorprenderse de que no siga siendo una potencia como lo era antes de ese espantoso hombre, Perón. Hace unos años fui a conocer a Menem y me pareció bastante inteligente y con una idea clara de hacia dónde debía ir el país, pero ahora resulta que era un delincuente? Ya no sé qué creer. Supongo que gran parte de la culpa la tiene la elite política de su país, que no sirve para nada. Pero eso no puede ser lo único.
Cuando pienso en la Argentina, me vuelvo loco. Es uno de los pocos casos para los que no encuentro una maldita explicación.
Dicho de otra manera: para casi todos los casos (o cosas) del mundo, Paul Johnson encuentra una explicación.
Maldita, eso sí.
# | hernan | 4-agosto-2004