Espíritu deportivo

Terminaron las Olimpíadas, esa especie de liturgia laica … aunque con pretensiones «católicas (en la universalidad) y los toques paganos que son de rigor en estos tiempos. Hasta Google rindió culto, metiendo un logo especial todos los días. La humanidad unida, más allá de razas, nacionalidades y credos. Por fin. (Por fin terminó, digo).

Yo me quedo con la respuesta que Leon Bloy dio a aquel periodista que lo había interrogado —para una encuesta … encargada por una «Asociación Americana»— sobre su deporte favorito «que lo hubiera cautivado singularmente desde la adolescencia«:
Señor mío:

De América y de las «Asociaciones americanas» no nos pueden llegar sino la estulticia y las más incurables ignominias. Creo firmemente que el deporte es el medio más seguro de producir una generación de inválidos o de cretinos malhechores.
El examen de algunas líneas de un diario deportivo, basta para formarse al respecto una amplísima convicción.

Por lo que hace a «mi deporte favorito», su ignorancia indica que nada ha leído de mí —lo que no puede extrañarme por cuanto el deporte y la lectura son enteramente incompatibles.
Los que me han leído saben que el único deporte que «me ha cautivado singularmente desde la adolescencia» es el garrote descargado sobre las espaldas de mis contemporáneos y los puntapiés en el trasero.
De su diario (publicado en «El invendible«), del 6 de agosto de 1907.
# | hernan | 30-agosto-2004