La verdad y la vida


Es difícil decir la verdad; porque si bien es cierto que la verdad es sólo una, también es cierto que es algo vivo y, por lo tanto, tiene un rostro vivo y cambiante…
Acabo de toparme con esta notable frase de Kafka , en una de sus cartas a Mílena.

Notable para mí, al menos.
Porque me recuerda algo que, hace muchos años, leí en algún libro de Unamuno («El sentimiento trágico de la vida«, creo), un párrafo que me quedó grabado: citando a algún apologista católico (Bossuet?) que argumentaba «Tú cambias, luego no eres la verdad«, Unamuno respondía, polémicamente : «Tú no cambias, luego eres la muerte«.

En el caso de Unamuno, esto no era más que una expresión de la contradicción agónica entre la fe y la razón; agonía que él creía esencial, y que no podía ni quería resolver.
Yo alguna vez pensé en asociar esa (aparente?) contradicción entre la (aparente?) inmovilidad de la Verdad y la mutabilidad que involucra (aparentemente?) la Vida, a esas tendencias o espíritus contrapuestos: conservadores y progresistas, o más brevemente -tomando con desconfiadas pinzas todas estas expresiones- la «derecha» y la «izquierda«. Se me ocurrió que podría desarrollarse (cosa que nunca hice) ese paralelo: los «derechistas» que desconfían de la Vida por amor mal entendido a la Verdad ; y los «izquierdistas», a la inversa. Es claro que, en última instancia y elevadas de meras tendencias o simpatías hasta militancia, doctrina y dogma, las dos terminan en una especie de herejía (de dos lados opuestos, como suele darse).
Puesto que Cristo es Verdad y Vida. Si quiero la Verdad y no quiero la Vida, la Verdad que quiero es un espejismo. Y viceversa.

Supongo que cualquier teólogo respondería a Unamuno: pensar que la vida implica el cambio es pensar pobremente. Basta traer el ejemplo supremo: Dios, que es la Vida, y que es inmutable. (El mismo Santo Tomás trata una objeción semejante, contra la tesis «Dios vive«).

Y hete aquí que Kafka se expresa con más sutileza que el vasco, me parece: él no dice que «la vida es cambiante«, sino que «la vida tiene un rostro cambiante» (para nosotros, claro está). Lo cual -me parece- limita mejor el plano donde se da la contradicción…
Pero basta, que me estoy metiendo en honduras que no son para mí.

Algo más sobre la oposición derecha-izquierda (aunque apunta más a la coordenada Esencia-Existencia que a Verdad-Vida, hay algún punto de contacto, creo), en Ens.
También puede servir a alguno el blog de Fray Nelson que trae una especie de reportaje/introducción en cinco partes a la cuestión.
# | hernan | 31-julio-2004