La paz que se da ( 2 )

Sobre lo de la paz que se da y la que vuelve, Tom de Disputations aporta lo suyo
En cierto sentido, la bendición que dan los discípulos es un sacramento, un signo verbal que realiza lo significado: hacer descender la paz sobre los habitantes de la casa. Y qué pasa si tales habitantes son indignos de recibirla ? Ellos pueden rechazar la gracia, y quedarse sin recibir la paz. Jesús aclara que esta es la naturaleza de esta especie de sacramento de la paz: es un regalo, un don que aunque sea rechazado, no se desperdicia. Y que vuelve a los discípulos, no vacío, sino como condenación de los que lo rechazaron.
(Isaías 55, 10-11)
En los comentarios, alguien se pregunta cómo es que la paz se da a los pacíficos (dar algo al que tiene ? no debería ser al revés ?). Tom contesta tocando un punto de liturgia dolorosamente actual para mí:
Eso me recuerda al cura que, en la Misa dice «La paz del Señor está con ustedes», a lo cual uno se supone que debe contestar obedientemente «Y también contigo».

Creo que este pasaje debería leerse en conjunción con el evangelio del domingo anterior, las duras palabras de Jesús a sus aspirantes a discípulos («El que pone la mano en el arado y vuelve la mirada atrás no sirve para el Reino de Dios»).

Sólo un «hijo de paz» sirve para la paz de Cristo; y la paz de Cristo es un don que se incrementa dándolo. Por esto, el cambio en el saludo del cura es tan mala teología como mala liturgia.
# | hernan | 10-julio-2004