Son los santos los que
mantienen esa vida interior sin la cual la humanidad
se degradaría hasta perecer.
En verdad, sólo en su propia vida interior
puede el hombre encontrar los recursos
necesarios para escapar de la barbarie,
de la servidumbre bestial del hormiguero
totalitario.
Oh, sin duda podría creerse que ya no es época de santos, que su hora ha pasado. Pero la hora de los santos siempre está llegando.
G. Bernanos
La cita proviene de un libro que compré -usado- hace poco,
de un tal Bernard Alba -autor que desconozco por completo.
Es un ensayo semi biográfico sobre mi querido Bernanos;
un buen libro, que me ha deparado alguna que otra linda sorpresa.
Como la descubrir que Bernanos admiraba a Leon Bloy (!).
También me ha servido para consolarme de no poder terminar
nunca esa novela «M. Ouine«; veo que muchos críticos
la han considerado prácticamente ininteligible,
así que no me siento tan estúpido.
Oh, sin duda podría creerse que ya no es época de santos, que su hora ha pasado. Pero la hora de los santos siempre está llegando.
G. Bernanos
También sorprende un poco saber de su devoción por las dos Teresas (Santa Teresita de Lisieux y Santa Teresa de Jesús; tan diferentes entre sí y tan diferentes al santo que Bernanos hubiera querido ser, digo yo). Hay además unos paralelos interesantes con Simone Weil, y muchas otras cosas sobre las que volveremos otro día, tal vez.