Del tiempo en que había mediocres

Preparando la clase, leo en este viejo [*] libro de Duda y Hart, muy conocido en su área:
… Because linear discriminants functions are so amenable to analysis, far more papers have been written about them than the subject deserves.
(O sea: «Las funciones discriminantes lineales se prestan fácilmente al análisis, por lo cual se han publicado muchos más trabajos sobre ellas que lo que el tema merece.»)
Me gustó el tono, viril, que expresa -creo- el fastidio de laburantes serios (los imagino viejos, algo gruñones…) ante la charlatanería y a la mediocridad de los investigadores científicos -muchísimo más abundante de lo que la gente común sospecha.

En cierto sentido, me recuerda estotro, ya en pleno campo de lo políticamente incorrectísimo (y perdón por la gastadísima expresión: pero acá se justifica).
Del venerable (hombre y libro) Rey Pastor. El hombre, matemático español-argentino muy famoso. El libro, su «Análisis Matemático» en 3 tomos (con Pi Calleja y Trejo) muy usado, amado y odiado, hoy algo fuera de moda.
Hace poco encontré, con delicia, una nota al pie (tomo III, p. 471) en el que se disculpa por exponer una teoría de Borel que pudiera ser demasiado nueva para un libro de texto:
Se evitará así una posible confusión en los alumnos mediocres que, al leer en algún autor francés la «diferencia esencial ente monogeneidad y analiticidad», comparen con el teorema 115-10 …..
Hoy sería imposible que un profesor hablara de «alumnos mediocres». Una desubicación imperdonable, que podría llegar a desencadenar cartas indignadas en los diarios y carteles de repudio en las facultades.

Y bien. ¿Sería injusto decir : «Felices tiempos en que uno podía escribir y hablar en público igual que piensa y habla en privado, diciendo la verdad pura y simple» ?
Sí, probablemente sería injusto; maniqueísmo reaccionario, y no del mejor.
Limitémonos pues a decir: felices tiempos en que los alumnos mediocres de matemática leían bibliografía adicional en francés.

[*]Editado en 1974, aunque hay reedición; si en algunas cosas 30 años no es nada, en ciertas áreas científicas, es muchísimo.
(Actualizado) Juan me aporta algo que no se me había ocurrido:

No me gusta ponerle títulos religiosos a personas que quizás no lo merezcan.
Pero «venerable» no queda mal con «Rey Pastor«…
# | hernan | 7-julio-2004