Baudelaire – creer en el diablo

Un lector, a propósito de lo de Dios y el diablo, me recuerda esta frase de Baudelaire.
… resulta más difícil amar a Dios que creer en él. Por el contrario, para la gente de este siglo, es más difícil creer en el Diablo que amarlo. Todo el mundo lo siente y nadie cree en él.
Sublime sutileza del Diablo.
No está mal. Y bien típico de Baudelaire [*]
Agregar a la antinomia Dios-Diablo una segunda coordenada : creer-amar … acaso sirva para aclarar algunos matices. Porque amar es una manera de creer, también ; tal vez «creer a» más que «creer en» (sobre todo cuando «creer en» apunta, en un sentido restringido, a la «mera existencia»).
Por eso, cuando decimos o escuchamos «es más fácil creer en el Diablo que en Dios» (o viceversa), podemos decir que es verdad … y su contraria también; pero tal vez estamos mezclando dos sentidos -o dos matices- de la palabra «creer».

Y, por cierto, la misma palabra amar es problemática. ¿Puede uno amar el Diablo, se puede amar el mal ? En sentido estricto -en tanto mal-, es imposible, dice Santo Tomás. Sólo en sentido impropio … (además de que el Diablo no es propiamente el Mal).
Mi lector me llama la atención sobre el matiz que usa Baudelaire en la segunda frase, en que habla de «sentir» en lugar de «amar» [**]; acaso haciéndose cargo de esta impropiedad.

Y hete ahí que ahora, casualmente, buscando la frase de Baudelaire, me encuentro al amigo Volkoff que dice:
Para creer en Dios, hace falta tener fe.
Para creer en el Diablo, no hace falta más que abrir los ojos.
Mmmm… sí, sí… yo hubiera asentido incondicionalmente a esto, en otros tiempos. Pero… no es tan simple la cosa; y puede ser signo de un pathos apocalíptico, que exagera peligrosamente el poder del mal. En cierto plano es verdad, ya lo dije…. pero… yo me quedo con Baudelaire. Hoy, por lo menos.

[*] Recordemos además que Baudelaire, famoso despreciador de la modernidad laica, gustaba de repetir aquello -que algunos le atribuyen- de «la astucia mayor del diablo es hacernos creer que no existe«).
[**] Pero… ¿no será arbitrariedad del traductor ? No. («Tout le monde le sent et personne n’y croit«).
# | hernan | 28-julio-2004