 A Flannery O’Connor le diagnosticaron a los 25 años una enfermedad difícil 
y grave (una forma de lupus) de la que había muerto su padre
y para la cual no había cura conocida. Así, apenas iniciada
su carrera de escritora, debió cambiar su modo de vida
y comenzar a pensar en una muerte próxima.
A Flannery O’Connor le diagnosticaron a los 25 años una enfermedad difícil 
y grave (una forma de lupus) de la que había muerto su padre
y para la cual no había cura conocida. Así, apenas iniciada
su carrera de escritora, debió cambiar su modo de vida
y comenzar a pensar en una muerte próxima.Con recuperaciones y recaídas -y muletas- vivió y escribió catorce años más. Murió el 2 de agosto de 1964; o sea que ayer se cumplieron 40 años.
De una carta:
Nunca he estado en ningún lugar; sólo he estado enferma.
En cierto sentido la enfermedad es un lugar,
que instruye más que un largo viaje a Europa; 
y es un lugar siempre solitario, adonde nadie puede seguirte…
Creo haber leído estos días algo parecido que le decía Kafka a Milena
(otros dos enfermos), pero no encuentro  la cita ahora.