… García Calvo tiene escrito algo interesante (quizá pertinente, no sé) sobre la tragedia griega: defiende que en realidad el final trágico es ‘feliz’, en cuanto supone el desenmascaramiento de un error, el fin de una presunción. Sufrimos en la medida que nos identificamos con el personaje desmontado, pero disfruta (con igual o superior intensidad) aquello que en nosotros es previo y externo a todo montaje.
Me gusta.
Dice Juan Pablo, sobre una vieja duda mía sobre un cuento de Chesterton:
… tanto Flambeau como el padre Brown se enredan en una discusión teológica, que GKC no muestra, excepto párrafos aislados. Yo me convencí de que el padre Brown está tratando de convertir a Flambeau, y éste le pide la cruz como argumento final contra el ‘no robarás’, lo roba para demostrarle que está equivocado.
A esta conclusión llegué no al leer los cuentos 3 y 4 que siguen, sino por el libro «El secreto del padre Brown», que termina con «el secreto de Flambeau«, cuando el sacerdote explica su método («se provoca el arrepentimiento antes que el crimen»), lo cual se aplica en estos tres cuentos de «El candor del padre Brown» (en los tres casos se anticipa al crimen, y razona con Flambeau para que no lo cometa).
No está mal. Lo voy a pensar.
Y dice Marina (sin blog; hay gente sin blog todavía), a cuento de esto:
… no creo que podamos acercarnos más al prójimo que a la verdad. No creo que sea sustancialmente diferente el tipo de acercamiento. Ni siquiera por el camino del amor.
… la cual analogía, no obstante el tono melancólico y desesperanzado,
tiene miga.