A los sacerdotes, consagradas, consagrados
y fieles de la arquidiócesis [de Buenos Aires]
Buenos Aires, 1º de diciembre de 2004
Queridos hijos y hermanos:
Desde hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asímismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.
Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere.
Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón. Por ello, el próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad.
Que nuestra Madre de Luján nos acompañe con su cariño.
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j
Arzobispo de Buenos Aires
Buenos Aires, 1º de diciembre de 2004
Queridos hijos y hermanos:
Desde hace algún tiempo se vienen dando en la Ciudad algunas expresiones públicas de burla y ofensas a las personas de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María; como asímismo diversas manifestaciones contra los valores religiosos y morales que profesamos. Hoy me dirijo a Ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.
Jesús ya nos había advertido que sucederían estas cosas y, con mucha ternura, nos dijo que no tuviéramos miedo, que somos su pequeño rebaño, que perseveráramos en la lucha por la fe y en la caridad, esperando en El, orando con verdadera confianza de hijos al Padre que nos quiere.
Frente a esta blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad les pido que, todos unidos, hagamos un acto de reparación y petición de perdón. Por ello, el próximo 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los invito a que sea un día de ayuno y oración, un día de penitencia en el que, como comunidad católica, pidamos al Señor perdone nuestros pecados y los de la ciudad.
Que nuestra Madre de Luján nos acompañe con su cariño.
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j
Arzobispo de Buenos Aires