Está muy bien -diría que me gusta más que Heidi, aunque menos que Ana de las Tejas Verdes. El guión es muy libre (el original era muy breve… para una serie de 52 capítulos, 22 minutos cada uno), pero la libertad está bien empleada, con muchos de esos toques humanos, delicados e inesperados (para uno que está acostumbrado a animaciones con menos alma…).
Ampliaremos (sigo con el proyecto de armar algo dedicado a Miyazaki/Takahata…). Anoto por ahora dos detalles mínimos, relacionados con el factor argentino de la película.
Uno: en una escena en un tren, llegando a Córdoba, Marco -que viaja solo- se siente mirado por unos criollos de aire sospechoso… Cree que le quieren robar y trata de escapar. Los gauchos, que al fin resultan inocentes, lo tranquilizan: «¿Qué te pasa a vos?» «Vamos, calmáte, pibe». Es la única vez en la película (en esta versión, con doblaje español) que alguien habla «en argentino», en la gramática y la tonada. Curioso que hayan elegido —los del doblaje, supongo— esa ocasión y esos personajes (y algo incongruente: sería más apropiado en Buenos Aires que en Córdoba).
Dos: Ya en Córdoba, Marco se hace amigo de Pablo, un chico pobre que junta comida en los tachos de basura y vive en un rancho con su hermana y su abuelo. A la mañana, al salir, Pablo despide a su hermana (ambos levemente morochos) dándole un beso sonoro en la mejilla. Escena completamente normal, que pasaría inadvertida… si no fuera un animé; ahí el beso resulta algo exótico, un sencillo y simpático toque de color local.
[* La dirección es de Takahata, Miyazaki se encargó de varias cosas, principalmente el diseño de escenas. Parece que viajó a estos pagos allá por 1975, para conocer el terreno. ]