Tengo uno de esos libritos de letras de tangos con acordes, titulado «Tangos que pueden ser boleros». En la introducción, el autor explica que, siendo el tango y el bolero géneros musicales con compases binarios (2 o 4 tiempos) sus ritmos pueden —en principio— intercambiarse… En principio, decimos, porque hay factores adicionales, de temáticas, de climas, que, claro está, también deben ser tenidos en cuenta. Hay tangos que pueden interpretarse abolerados, pero sólo los románticos, no los canyengues.
«… en tangos como «Muñeca brava» o «El bulín de la calle Ayacucho» el cambio no tendría sentido», dice el bueno de don Arnoldo Pintos.
Claro; es obvio. El ritmo marca un clima, y la música debe armonizar, no solo consigo misma sino también con la letra. Obvio.
Pero… no sé si es tan obvio para todos.
Lo pensaba hace un ratito, mientras escuchaba a los entusiastas (y muy binarios) guitarristas de mi parroquia cantando el Agnus Dei[*]
[* Letra: Cordero de Dios / que quitas el pecado del mundo / ten piedad de nosotros….. Etc.]