… puede defenderse uno y otro sentido. Muchos creen que se dirigen solamente al Padre estas palabras (Cipriano, Crisóstomo y Ruperto), y la razón es porque Cristo llama también Padre al mismo que nosotros, pero no de la misma manera: Subo a mi Padre y a vuestro Padre (Jn. 20, 7); pero yo apruebo con preferencia el sentir de los que dicen que toda la Trinidad es aquí llamada Padre. Y ¿por qué llamamos Padre a Dios? Primero, porque nos crió; lo cual hizo no solamente el Padre, sino toda la Trinidad; y después, porque nos conserva, no sólo el Padre, sino toda la Trinidad; y tercero, porque nos redimió, no el Padre únicamente, sino toda la Trinidad. Toda la Trinidad obrando, sólo el Hijo padeciendo, de manera que respecto de la redención sólo al Hijo, con preferencia al Padre, podemos llamar Padre nosotros; cuarto, porque por la gracia nos regeneró el Padre y toda la Trinidad.
Me queda la satisfacción, al menos, de comprobar que la pregunta
no era tan estúpida; aunque, en ese caso, me queda la leve perplejidad
de notar que al parecer nadie se plantea una pregunta tan básica.
Pero más perplejo me deja advertir que el pobre
Juan de Maldonado parece prácticamente desconocido en Internet; y, sospecho, no sólo en Internet… Padre
Veo que Maldonado, a la hora de comentar el Padrenuestro,
se detiene a preguntarse lo que yo me preguntaba hace un tiempo:
si cuando llamamos «Padre» a Dios nos estamos dirigiendo
específicamente a la primera persona de la Trinidad
(Padre, Hijo , Espíritu Santo)
a Dios simplemente (a toda la Trinidad, digamos).
Dice Maldonado: