Más Miyasaki

Sigo entusiasmado con los anime (dibujos animados japoneses; tema ignorado y hasta despreciado por mí hasta hace muy poco) … pero estos, los del estudio Ghibli, no son los anime típicos; no son los de las series de TV (mucha acción, poco dibujo). Estos, los de Miyasaki sobre todo, son unas obritas de arte.
Vi estos días otras dos: Mi vecino Totoro y Porco Rosso. Ambas -sobre todo la primera- excelentes.

Totoro es una historia muy infantil (no todas estas películas lo son) sobre dos hermanas que se mudan con el padre a una casa rural, y «descubren» un «Totoro» (no voy a explicar qué es eso!). Creo que ya se ha convertido en mi película de dibujos animados favorita. Siempre han gustado los dibujos; en su tiempo me impresionó «La Bella y la Bestia»… pero desde entonces Disney ha venido cayendo; me hartó el genio de Aladino, Lilo y Stich tiene sólo algunos momentos felices; y las últimas son flojas y convencionales; Tierra de Osos y Mulan, sobre todo; Pixar también me entusiasmó con Toy Story, pero las que siguieron (exceptuando a Nemo, y tal vez Toy Story 2) me gustaron menos; Los increíbles fue una gran decepción. Como también lo fue Shrek 2.
Totoro… es otra cosa. Todo el clima que sin saberlo yo le pedía a los dibujos de Disney, lo vengo a encontrar acá. Alegría sin nubes; belleza pura. La niñez como debería ser en el paraíso (y que nuestro recuerdo trata de pintar en base a nuestra infancia real). Creo que nunca había sentido tantas de ganas de ver una película una y otra vez. La crítica de R. Ebert está muy bien (el tipo la pone en su sección «Grandes películas» de la historia del cine).

Compré luego Porco Rosso, con menos expectativas (y ya lamentando haber agotado lo mejor de Ghibli…). Esta prometía mucho menos: transcurre en Italia (yo quería más Japón!), durante el surgimiento del fascismo (y el protagonista es anti-fascista; ya me venía venir una película con «mensaje» político, el discurso sobre la libertad y… ufa…), una película de hidroaviones de combate (ufa! no quiero películas de «acción»; eso es lo que odié en «Los increíbles»; a mí dame películas lentas!) y el protagonista es un aviador con cara de cerdo (???).
Bueno. Sospeché mal. Es muy buena, y la disfruté mucho. Muy lindos dibujos -para variar-, trama sin altibajos, gotitas de humor tan sencillo como efectivo (el pirata que quiere sacarse la foto sólo con la chica!) y buen gusto siempre, en todos los detalles. Tampoco aquí hay buenos ni malos; otra constante de Miyasaki, al parecer.
Algo más:

Esta crítica también es recomendable. Y ésta otra de Totoro ; su comentario de «cómo habría sido Totoro si la hubiese filmado un estudio americano», es muy certero y muy gracioso :
• The King Totoro would speak with the wisecracking voice of Ray Romano or Eddie Murphy. John Goodman would play the cat-bus. Celine Dion would contribute a pop song about the wonders of trees.
• Mom and Dad would not believe in Totoro or the power of magic, opening the door for a series of gags where Totoro and his wacky sidekicks would get Satsuki in trouble and then turn invisible.
• Kanta, the boy next door, would have a bigger part, and probably have to rescue the girls from an Evil Forest Monster (played by James Woods).
• Mother’s illness would be cured by magic—or she would be dead before the story begins. Dad would be a mechanic and build crazy inventions.
• This movie would be the first volley in a direct-to-video series. In the first sequel, Totoro would move to the big city and be recruited by an NBA team. But at the end of every video installment, everyone would learn a valuable lesson about the meaning of family.
Para terminar, una crítica interesante de «Spirited Away» (El viaje de Chihiro), la obra maestra de Miyasaki.
# | hernan | 14-abril-2005