Yo he asistido a unas cuantas misas, pero no recuerdo gran cosa. Bueno, sí… recuerdo una misa dominical, una mujer leía la segunda lectura bíblica: alguna carta de San Pablo. Yo no estaba en mis momentos de mayor atención, confieso … (por no decir que estaba en Babia). Pero, cuando tras pasar de página la mujer empezó a mentar a Adán y la serpiente… empecé a prestar algo de atención. Bueno. por un momento supuse que se trataba de San Pablo referiéndose a algún pasaje del Génesis… pero no. Era el Génesis, evidentemente; con toda la historia de la tentación de Adán y Eva. Y terminó la lectura… y de San Pablo no hubo más noticias.
La mujer (no Eva; la lectora, digo) al pasar de página se había salteado una.
Nadie -ni el celebrante- se dio por enterado. Esperemos, al menos, que se hayan enterado.
Un lindo blooper catequístico, es el de la señorita de la guardería parroquial, que explicaba a los niños que debían permancer callados en misa.
-«¿Y por qué -preguntaba la seño- hay que estar bien calladitos ? ¿Eh? ¿Por qué?».
Nadie parecía saberlo, hasta que una niña más inteligente que el resto respondió:
– «Porque hay gente durmiendo».
Y, finalmente, un par del clásico de los cartelitos parroquiales: