¿Qué es esto?

Para los recién llegados, una presentación que andaba debiendo:

Esto vendría a ser un blog, continuación de «fotos del apocalipsis«, escrito por un cierto autor, sobre una cierta temática y con unos ciertos fines. Bueno…más o menos. Vamos a tratar de explicar cada punto:

  • Un blog (también llamado weblog o bitácora) es un tipo particular de página o sitio web, a modo de cuarderno de notas o diario personal. El autor (a veces son varios, en el caso de un «blog grupal») escribe artículos («posts«) con cierta frecuencia (varios por día o por semana), que van apareciendo publicados en la página principal, en orden cronológico inverso: es decir, el más nuevo arriba. Y se puede consultar (y enlazar) el archivo de los posts viejos. Muchos blogs permiten a los lectores agregar comentarios y así generar discusiones entre los visitantes (éste por ahora no). En fin, hay muchos estilos y temáticas de blogs. Para tener un panorama de la variedad existente, se puede consultar algún directorio de blogs como este o este. Acá hay un directorio —temático— que lista blogs católicos, en inglés.

  • El autor: Ese vendría a ser yo. Hernán J. González, 37 años, argentino, católico, ingeniero electrónico, docente, trabajo en desarrollo de software, me gusta leer, y qué mas le puedo contar… Aunque suelo tocar temas religiosos (sea teológicos, exegéticos, catequéticos o eclesiásticos), lo hago con pobres conocimientos y nula formación. (Puede gentilmente tomar lo anterior como falsa modestia; ya tendrá ocasión de convencerse). Lo mismo vale para mis incursiones -igualmente irresponsables- en temas literarios o -peor aún- filosóficos. No soy hombre de letras, a lo sumo hombre de números -o de bits. Nadie se extrañe (yo no me extraño) si en cada post de cada dos digo alguna barbaridad. Pero … tampoco puede uno pedir demasiado de un blog, le garanto.

  • La temática: en rigor, no la hay; o en todo caso, se define por cualquier asunto que me interese. Pero, como es visible, me interesan los temas religiosos (catolicismo principalmente), aunque también suelo divagar sobre literatura, o temas de la más trivial actualidad (pública o privada). A veces cito o comento artículos de otros blogs (generalmente los que me gustan). Y muchas veces me hago el crítico (literario, sociopolítico, religioso); que como decía Chesterton es más fácil de todas las actividades, sobre todo para los que no saben hacer nada de lo que critican.

  • Los fines: ¿para qué hago esto? Eso es más difícil de contestar. A ver:

    En general: ¿para qué sirve hacer un blog? Empecemos por lo negativo: los blogs están más o menos de moda, y ya han sido criticados hasta el cansacio, como una especie de manifestación de egolatría adolescente, presuntuosidad y pérdida de tiempo. Y en verdad, algo o mucho de eso suele haber. Los aspectos positivos varían de blog a blog. Yo puedo suscribir buena parte de lo que dicen otros bloggers católicos como Steven, Bill o TSO… (ah, sí, todos en inglés… pero traduzco/adapto algo del último): « Escribo un blog por muchas razones. En parte, por puro exhibicionismo, sí. También para mejorar mi escritura. Y en parte por motivos más altruistas: espero que cosas que me han sucedido o que he pensado puedan ser de utilidad a alguna otra persona… Hay algo excitante en el carácter personal de un blog; y he aprendido unas cuantas cosas haciéndolo.».
    Así es. Alguno dirá que lo de «mejorar la escritura» no debería importar a uno que no es escritor; pero no lo veo así: no se trata sólo de técnica. El «cómo» no es tan independiente del «qué». Buscar el tono para decir algo, estoy comprobando, es más importante de lo que yo creía. Y no hablo de la eficacia para enseñar, convencer o gustar; hablo de «estar en la Verdad».
    Y –last but not least– otra razón: las interesantísimas (y muy distintas) personas que he conocido por acá.

    En particular: a lo anterior habría que agregar berretines propios y situaciones propias. Por un lado, mi historia personal, mis idas y venidas, y -con perdón de la presuntuosidad borgiana- mis propias perplejidades. Y por otro lado, pero muy relacionado: el ambiente. El país, el tiempo, el mundo, Internet. Por ejemplo:
    – La pavorosa pobreza del catolicismo argentino de estos tiempos. En todo: en la cantidad y en la calidad; en lo intelectual y en lo artístico; y, claro, en lo religioso.
    – El ambiente envenenado, agresivo, chato y estéril en que se desenvuelve el enfrentamiento entre un catolicismo rancio-corporativista-autoindulgente por un lado, y un ateismo brutal -aunque se llame agnosticismo- contaminado de mala ideología, por el otro. Esto no es tan típico de Argentina sino más bien de lugares donde el catolicismo es más … fuerte ruidoso; pienso en España, sobre todo; tal vez también en México.
    – La escasez de ámbitos de discusión, pensamiento, diálogo; hijo de lo anterior, es de imaginar. Basta visitar los grupos de discusión o leer un rato los blogs yanquis y comparar.
    En fin, yo he pasado por varias etapas … con, digamos, una «conversión» a los 24. Y en algunos aspectos sigo buscando y preguntándome; sigo, sobre todo, tratando de entender las razones (y los corazones) de los que están en el otro bando, sigo preguntándome en qué medida es justo que haya bandos, y cuáles son las coordenadas que pueden legítimamente delimitarlos; y hasta qué punto mis apologías y mis rechazos están fundados en el amor puro por la verdad y en qué medida son una una excusa de la parte más baja de mi alma. Etcétera. Y me daba pena (y me sigue dando) que haya tan pocos ámbitos (en Internet en español, para empezar) donde uno pueda hablar, sin pretensiones y con la guardia baja, de estos temas. No sólo echo de menos el material que me gustaría leer hoy; tampoco veo cosas que me hubiera gustado y me hubiera servido encontrar en otros tiempos (más difíciles, como suelen ser los de los jóvenes) para ayudarme a ver y a pensar. Y es claro que a uno no le da el cuero para mucho, pero ya que los que pueden (los que saben) parece que no quieren o no les interesa o no se les ocurre o no sé qué … acá estamos; malgastando el tiempo y exhibiéndo nuestras pequeñas frivolidades como una quinceañera; sin duda haciendo un poco el ridículo, muchas veces; pero tratando de hacer alguna especie de bien alguna vez, sin la suerte nos ayuda -y el viento sopla a favor y el camino va en bajada.

    También hay algo de acción de gracias en el intento, cómo no. Pero eso es cosa mía. (¿Y entonces por qué lo decís ? Para que conste, nomás).

    Bueno, toda esta cháchara acaso pueda servir para contestar algún reproche (casi siempre tácito) de algunos católicos -militantes- que querrían que uno usara esto como un espacio de poder, que denunciara con más energía los males del aborto y del laicismo, los estragos en la liturgia, la hipocresía de los medios y de los «malos católicos». Para levantar la bandera de la Iglesia, en suma; y para traer algo de consuelo y aliento a los sufridos «católicos fieles» (o sea… nosotros).
    Tal vez haya un tiempo, un lugar y un modo para todo eso. En todo caso, no es éste.
    Peor aún, creo que como están las cosas, ese espíritu -ese pathos, ese nosotros– no hace bien a nadie. Y lo peor, creo, no es el bien «hacia afuera» que no hace, sino el mal «hacia adentro» que sí hace.

    ¿Queda claro?
    Ah… ¿no?
    Y… ya queda dicho. No soy la persona indicada para pensar ni para explicar estas cosas. Pero ud. siga leyendo, si quiere; tal vez, quién le dice, algún día lleguemos a creer que nos empezamos a entender.


    PS: Con respecto al título del blog: «Esperando nacer» —es dato evidente para los argentinos de mi generación, oscuro para los demás— una canción de Serú Girán. Letra de Charly García y música de David Lebón, si no me equivoco. Se espera que los lectores del blog capten alguna alusión al coloquio de Jesús con Nicodemo, sobre la necesidad de «nacer de nuevo» (lo cual vendría reforzado con la frase sobre el espíritu/viento que sopla donde quiere).
    Me hizo alguna módica gracia usar una letra de Charly García (o será de David Lebón ? peor!) en un sentido espiritual. Y también el hecho de que un título hecho de dos verbos, el primero en gerundio, es estilísticamente objetable (por no decir berreta); y por lo tanto, representativo de este blog. Y de yapa, la frase puede entenderse en un sentido cripto-anti-abortista lo cual -a condición de no ponerlo en primer plano- no me cae nada mal (sobre todo, porque imagino que a David Lebón no le caería nada bien).
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