He tenido que venirme a vivir a Buenos Aires —al medio de Buenos Aires, en edificio de departamentos—
para aprender un poco de zoología.
Comparto pues lo aprendido: la Tarentola mauritanica
es el nombre científico (y algo más inquietante que el vulgar:
«Salamanquesa común«; yo de común no le veo nada)
es … como les diré … un bicho, una especie de lagartija o algo así.
Ahí le saqué un par de fotos, la llave está para que tengan idea de
su tamaño. La primera puede agrandarse. Fíjense que lindas manos.
Dicen que come insectos, pero yo no tuve oportunidad de comprobarlo.
Dicen que es —en honor a su nombre— bastante común; supongo que mi reacción al topármela caminando por la pared de mi cocina habría debido ser un indiferente: «Ah, una salamanquesa común».
No fue tan así (bueno, el salto tampoco fue tan alto)… pero me alegra poder decir que ella (o él, vaya a saber) también se asustó; y que logré atraparla. El orgullo me duró hasta que me metí en Google y encontré fotos de chicos paseando salamquesas en sus manos… Google estropea todo, al final.
Como sea, y a pesar de haber estado estos días viendo algunos capítulos de Jeeves & Wooster con Gussie Fink-Nottle y sus amadas lagartijas
(La traducción de «newt» es lagartija, Jeeves? aproximadamente ? gracias, Jeeves), la idea de quedármela como mascota no terminó de cerrarme… así que al día siguiente la dejé en libertad (por decirlo más directamente, la tiré por la ventana). No es la primera, en realidad, así que sospecho que no será la última. La próxima me encontrará más curtido y flemático en mi trato con reptiles.
De paso: me afirmo en mi juicio sobre la serie. Stephen Fry como Jeeves no funciona del todo bien, las adaptaciones del guión no son siempre afortunadas, el cambio de casting en los personajes entre temporadas es una lástima… pero en promedio todo está bastante bien, y por sobre ese promedio está Hugh Laurie como Bertie: excelente, admirable, para agotar adjetivos (como decían los críticos de Wodehouse).