Se me ocurren dos ejemplos.
Shark tale («Es espantatiburones«), 2004, es una animación studio-financed, machine-pressed que…
…tiene en sus créditos varios directores y guionistas. Pero los
verdaderos y anónimos arquitectos son un montón de niños:
cada chiste, cada personaje, cada acompañamiento musical
y cada referencia a la cultura popular ha tenido su test
de mercado, por medio de proyecciones previas, «focus groups», y referencias a éxitos de taquilla.
Más reciente, «Snakes on the plane» fue hecha con la supervisión y aportes creativos -vía Internet-
de un montón de geeks entusiastas, presuntos representantes del público apuntado (el target).
Anota un crítico:
… una película de la gente, por la gente y para la gente.
O al menos eso es lo que pretende la productora New Line.
Y una vez que los web-geeks escuharon ese título irresistible,
empezaron a crear su propios posters y diálogos, y enviaron sus
ideas. Los de New Line, presintiendo la mina de oro, prestaron oídos y obedecieron.
(Tal vez podría haber traducido «people» por «pueblo», pero no quise forzar la cosa).Yo no vi ninguna de las dos. Pero, según creo, ninguna fue un éxito; ni desde el punto de vista artístico ni desde el comercial. Pobre acogida de la crítica y del público.
Un par de pequeñas buenas noticias, me parece a mí.