No os acomodéis al mundo

Misa de domingo. El cura, cerca del final, pide colaboradores para cantar, pues el coro «precisa ayuda, desesperadamente«. El coro, en realidad, no era ni mejor ni peor que la media. Pero sonó gracioso (para mí, supongo que no tanto para los del coro). Si no es uno de esos conocidos bloopers parroquiales, le pasa muy cerca.
El cura, mayor, de dicción española, es simpático y -al parecer- buen tipo; aunque algo «tradicional» en sus admoniciones morales y en sus preocupaciones (nos recuerda, por ejemplo, que faltar a misa de domingo es pecado mortal)… A veces me resulta algo ingenuo, y (al contrario de la mayoría) algo demasiado poco mundano. Pero claro es que seguramente el conoce mucho más mundo que uno (recuerdo lo que decía Chesterton sobre el cura que le inspiró al padre Brown), y seguramente el día que podemos sopesar con los ojos menos miopes la ingenuidad de los unos y de los otros nos llevaremos unas cuantas sorpresas…
Al comenzar la misa, una curiosidad, que provocó unas cuantos cruces de miradas entre los fieles: dedicó un recuerdo a «las madres, en su día»… Bueno, dirá algún suspicaz… tal vez lo hizo para aportar intencionalmente un toque «mundano». Tal vez; pero, si así fuera, le salió mal, más bien obtuvo el efecto contrario. Porque (y de ahí la curiosidad, de ahí los cruces de miradas) no lo dijo ayer, sino la otra semana…
# | hernan | 16-octubre-2006