El nombramiento de una serie de religiosos más bien conservadores y que, por tanto, no responden plenamente —y, a veces, ni siquiera parcialmente— al perfil moderado que fue adquiriendo en los últimos años la composición del Episcopado amenaza con abortar el proceso de aggiornamiento de la que fue en los años 60 y 70 una de las iglesias más conservadoras de América Latina…
El problema, dice Rubín no es «solamente de una evaluación del perfil ideológico de los nuevos obispos, sino también de una observación objetiva del sistema de elección….»… Pero claaaro, hombre. Cómo va a tratarse de ideología. Jamás se nos ocurriría pensarlo. No dudamos de que si se tratara de religiosos «más bien progresistas» el gran diario argentino se preocuparía igual por
el mentado «perfil moderado»,
y también metería en la edición del día
dos notas
gemelas
sobre el tema
(…conservadores … «no son pocos los que ven»… Caselli… menemismo… you get it) De hecho, no recuerdo que Clarín haya metido tanta pasión combativa en un tema católico desde hace más de dos años, cuando (¿se acuerdan?) circulaban aquellos espantables rumores de que el Vaticano se aprestaba a prohibir las guitarras en misa.