El fin de semana anduve estrenando estanterías, y aproveché
para poner algo de orden en la biblioteca. El melancólico
hallazgo de siempre, el de los libros que he comprado y
no he leído; y encima -más alarmante- descubrir
que alguno de esos libros lo he comprado dos veces.
Más alarmante, en otro sentido, fue descubrir que el estante
de 1.25 mts no me alcanzó para meter todos los libros de P. G. Wodehouse
que tengo; acabo de contarlos: 85. Una demasía por donde se la mire. Una enfermedad.
Aprovecho, ya que estamos,para reseñar «Pues, vaya!«.
Es una recopilación-homenaje que no me parece muy recomendable. Dos factores en contra: Primero: no tiene mucho sentido estas selecciones de «lo mejor» para alguien como Wodehouse, sobre todo cuando se comete el disparate de meter capítulos sueltos de las novelas; es como esos compilados de «lo mejor de Beethoven» que traen los movimientos más «destacados» (o peor, fragmentos de los movimientos). Y segundo, y principal:
la traducción española -en los textos traducidos para esta edición-
es floja, con algunos errores conceptuales graves (como Bertie diciendo malas palabras: totoalmente fuera de lugar).
Pero hay un punto a favor, ya comentado: la estupenda introducción
de Stephen Fry, el actor. Impecable (casi; esgrimir a Roderick Spode
para limpiar a PGW de sospechas pro-fascistas me parece débil
e innecesario).
Me gustó tanto que la subí acá.